Desde que Keily había "dejado" a Sam no se habían vuelto a ver. Keily estaría ocupada ese día, aunque los niños y sus amigos jugaban en la calle (pues ya había caído la primera nevada de invierno) Keily no había salido, porque tenia una excursión planeada con Lily.
-Te llevare a un lugar precioso -le había dicho esta.
Hacia frió, muy abrigadas, salieron.
-¿Vamos a la pastelería de Marta? -pregunto Lily a Keily.
-No, correría el riesgo de encontrarme con Sam.
-No te entiendo.
-De jalo, ve tu, te espero en la plaza.
Keily salio corriendo hacia la plaza, saludo a sus amigos, Vainilla parecía pensativa, agarro a Keily de la mano y la arrastro hasta una esquina donde nadie pudiera escucharlas.
-¿Que le has hecho a Sam? -susurro.
-¿Yo? -pregunto Keily confusa.
-Si, tu.
-Nada de nada.
-¿Como que no? ¡Lo has dejado! ¿Tu sabes el daño que le has hecho?
-El me hizo mas daño aun estos días.
-Como quieras, pero te has comportado fatal.
Al fin, Vainilla dejo que Keily se fuera. Lily la estaba esperando.
-¡Has tardado mucho! -le reprocho a Keily.
-Lo siento, no volverá a ocurrir. ¿Estaba Sam en la tienda?
-No, les he preguntado a sus padres y me han dicho que ha salido del pueblo.
-¡Oh! -exclamo Keily-, ¡Entonces tenemos riesgo de encontrárnoslo ahora!
-Vamos tontorrona, no perdamos el tiempo.
-Vamos tontorrona, no perdamos el tiempo.
Bordearon el pub y bajaron un camino de piedra que conducía a un campo, caminaron por el campo cubierto de nieve, después, cruzaron un bosquecillo de abetos y rodearon un lago congelado. El valle estaba precioso nevado. Keily iba a lo suyo cuando choco con algo, cayó al suelo y gimió por el frió.
-¡PERO QUIEN ES EL ESTÚPIDO QUE HA...! -se callo cuando vio que el estúpido que la había empujado había sido Sam-, no podía ser de otra persona -soltó.
-¡MIRA POR DONDE VAS! -grito el.
-Chicos, parad, no hay razón para pelearse -intentaba calmarlos Lily, pero era imposible, eran como dos fieras.
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