viernes, 30 de abril de 2010

Vuelta a casa-Capitulo 16

Después de charlar y descubrir nuevas cosas, ya era hora de volver, y estaban demasiado cansadas como para ir andando o volando. Así que Keily saco de su bolsillo el silbato para llamar a Nubecita, y en un minuto ya había llegado.
-¡Muy bien Nube! -exclamo Lumina.
-Si, buen caballo -dijo también Keily, se monto-, vamos al pueblo ¿Vale?
Nubecita parecia confuso.
-Perdon, Nube, a Roseville.
Entonces despego, y volando sobre el mar llegaron a una playa desconocida y aterrizaron.
-¿Porque has venido aquí, Nubecita? Te he dicho que vamos a Roseville -le dijo Keily.
-Yo creo que busca algo, lo noto en su mirada -dijo Lumina-, las hadas podemos hablar con los animales, quizá a mi me entienda mejor.
Lumina se poso en el hozico de Nube. No hablaban, se miraban con complicidad y a veces Nube relinchaba. Por fin Lumina termino de conversar con Nubecita.
-Dice que tiene hambre -dijo-, y que penso que en esta playa tan bonita podria encontrar comida.
-Pues si que le a costado decirte solo eso -le contesto Keily bromeando-, creo que tengo un trozo de pan duro en el bolsillo -dijo undiendo la mano en uno de sus bolsillos, saco un trozo de pan- ¿Crees que son eso valdra, Lumina?
-Yo creo que si, los Pegasos no necesitan mucho para sobrevivir.
Keily abrio la mano, como hay que hacer para darle de comer a un caballo, porque si no puede morderte. Y Nubecita se comio el pan tranquilo. Se montaron y despues de volar un buen rato, llegaron al pueblo. Keily desmonto a Nubecita y lo dejo ir por el cielo, sabia que si lo necesitaba estaria ahi para ella. Caminaron un rato y llegaron a casa, en las escaleras de la casa, estaba Sam, realmente guapo, con el cabello rubio quemado por el sol y los ojos color mar que hechizaban.
-Hola, Sam ¿Que haces aqui? -le pregunto Keily.
-Oh, nada, te esperaba... Me dijeron que te habian visto salir del pueblo.
-Si, hemos salido, pero... ¿Pasa algo? Te noto raro.
Sam no estaba bien, tenia una expresion más bien triste.
-No, nada, yo... Solo es...
-Vamos, cuentamelo -le dijo Keily sentandose junto a el-, soy tu amiga.
-Mi madre a caido gravemente enferma y estoy preocupado, el medico dice que podria morir si no le operan.
-¡Oh, Sam! ¡Cuanto lo siento!
-No importa...
-¡Si que importa! Quizás yo pueda hacer algo... No se, con esos poderes tan raros que tengo...
Lumina puso una expresion de desaprobacion, y dijo que no con el dedo.
-No, Keily, lo siento mucho, sé que quieres ayudar a tu amiga pero la magia no es la solucion a todo.
-¡Si que lo es! ¡Vamos, Lumina, admitelo, la magia es preciosa y usarla para el bien tambien lo es!
¡Podria curarla, seria genial, por favor, Lumina!
-Bueno, podrias... Pero, no... En fin, creo que... Probaras con un hechizo -dijo al fin Lumina.
-¡Bieeen! -exclamo Keily-, ¿No estas contento, Sam? ¡Vamos, entra, vamos a calentarnos, hace un frio que pela!

Los bosques altos-Capitulo 15

Eran las seis de la mañana, Lumina no habia pegado ojo, desperto a Keily.
-¿Que... Que pasa? -tartamudeo Keily-, ¿Que hora es? ¿Ya es la mañana?
-Siento haberte despertado tan pronto -le dijo Lumina-, pero hoy conoceras tus origenes. Es el dia, Lumina, hoy salimos de la region.
-¿Que... Que?
-Vistete, ¡Rapido!
Keily se levanto trabajosamente.
-Procura ponerte algo comodo -le dijo Lumina.
Keily se puso unos pantalones y una camiseta de lana, acompañada con un chaleco muy bonito. Se calzo y se lavo la cara, se hizo una coleta con su largo pelo rubio. Despues, se cepillo los dientes y bajo a desayunar. Lumina le habia dicho la noche anterior que tenia que aprender a cocinar, asi que intento hacerse el desayuno "¡Tampoco sera tan dificil!" penso. Preparon leche y tortitas, y le salieron muy bien.
-¡Deliciosas! -exclamo Lumina, que habia probado una miga.
Despues de desayunar salieron, ya eran las seis y media, no habia nadie en el pueblo, se metieron en callejuelas y salieron por fin del pueblo, una bruma ligera cubria el valle, los prados se extendian hasta llegar a los Bosques Altos, y despues de los bosques estaban las grandes montañas que separaban una region de otra. Se encontraban en el Reino de Las Rosas Rosadas, en la region de Aguascalidas. Despues de las montañas se encontraba la Region Oscuraydura. Era una region sombria, mal cuidada, nadie queria ir alli. Parecia un bertedero y el cielo cambiaba a un color gris, años atras esa region habia sido la mas bonita y respetada, pero un enemigo llego y ya nada fue lo mismo. Entonces todos los habitantes de alli se mudaron a la region de Aguascalidas y alli crearon el pueblo de Roseville, y con el, el reino de las Rosas Rosadas, por todas las rosas que encontraron alli. Era una historia bonita, y a la vez triste, porque ese Enemigo incluso cambio el nombre a la region y la llamo Oscuraydura, porque el cielo se volvio oscuro y atravesar la region era duro. Con todos los montes llenos de zarzas y animales que te cedian el paso...
-¿Tenemos que atravesar esos montes? -pregunto Keily a Lumina, asustada.
-No, cariño, no. Cuando te dije que saldriamos de la region me referia a que saldriamos a otra Region.
-¿A otra? Pense que desde aqui solo se podia ir a Oscuraydura.
-No, no, desde aqui se puede ir volando a mar abierto, y tras atravesarlo, te encuentras con otras regiones y, despues de ellas... De nuevo, esta tu mundo.
-Increible..
Se adentraron en los Bosques Altos, eran preciosos, con torrentes y arboles grandes y pequeños, los animalitos corrian de aqui para alla y no le tenian miedo a Keily. Sin embargo, algunos conejitos se le acercaban para hacerle carantoñas.
-¿Porque no me tienen miedo? -pregunto Keily a Lumina.
-Es largo de explicar, resulta que tu eres la naturaleza Keily, no eres una humana normal, porque sin ti no existiria la noche y el dia. Te lo explique ¡El equilibrio! ¡Lo eres todo en este mundo!
-En fin, me a tocado ser un ser sobrenatural con aspecto de niña.
-Tampoco te pongas asi, tienes muchos privilegios. Puedes destruir y crear ¡Solo tu puedes hacer eso!
-Si tu lo dices... Pero aun no he probado mis poderes y me siento inutil, quiero aprender a volar, aprender a pintar el cielo, a colorear mis ojos cada dia... Esas cosas que hacen las brujas.
-¿A colorear tus ojos? ¿Como?
-Bueno, el otro dia me fui a la biblioteca del pueblo y encontre un libro de hechizos raros, uno de ellos era colorear los ojos, yo me los pondria verdes...
-Los que tienes ahora son bonitos.
Y asi, charlando sobre hechizos y brujerias, atravesaron los bosques sin darse cuenta, y salieron a una playa de arena blanca. Preciosa.
-¡Oooh! -exclamo Keily-, Que playa tan bonita ¿Nos podemos bañar?
-Otro dia, ahora te enseñare a volar, es facil. Asi podremos volar sobre el mar.
-¡Genial! Pero... Si las brujas podemos volar ¿Porque necesitamos Pegasos o Dragones?
-Porque volar cansa, cariño, y no puedes pasar mas de dos horas volando. Y los Pegasos o Dragones sirven para hacer largos viajes. Y ahora, a volar.
-Bueno, si no me enseñas no creo que pueda... -paro de hablar al ver que estaba a seis metros del suelo-, ¡Increible! -exclamo.
-Lo haces tu solita -le dijo Lumina-, y ahora recuerda: Para volar pon en punta los pies, para dar volteretas en el aire mueve la mano derecha hacia el oeste, para volar hacia alante, simplemente, impulsate con los brazos. De momento es todo eso, ya te enseñare mas cosas, y ahora vamos, ¡Hacia el norte!
Y se fueron, volando, tranquilas, jugando con la brisa del mar (si eso se puede hacer) Llegaron a otra playa, atravesaron otro bosque, rodearon un pueblo, y llegaron a los origenes de Keily. Un lago, ¡Quien lo iba a decir! ¡Un lago!
-¿Un lago? -dijo Keily, con razon.
-Si -contesto Lumina-, un lago. El Mitico lago de El Poder del Equilibrio. Aqui naciste tu.
-¡Oh, tonterias, yo naci en Nueva York! ¡Y naci de mi madre, no de un lago!
-Es imposible que tu madre tuviera una hija con El Poder del Equilibrio, al no ser que...
-Al no ser que... -dijo Keily.
-Al no ser que tu madre tuviera El Poder del Equlibrio y no lo supiera, y lo hubieras heredado de ella. En el mundo hay un Poder del Equilibrio, puede estar en un perro, un gato, en una persona, en una planta, en un objeto... Pero este no tiene porque saberlo. Si tu no hubieras venido al Reino de las Rosas Rosadas no sabrias que poseias El Poder del Equilibrio, quiza tu madre no lo supiera.














El lago















Los Bosques Altos


Montañas para ir a Oscuraydura

Los estudios de Keily-Capitulo 14

Todos los amigos de Keily se fueron a sus casas, ya era la hora de la cena. Lumina la hizo aparecer con un hechizo.
-Keily -le dijo-, he pensado en tus estudios como bruja y en tus estudios escolares.
-Empieza por los estudios como bruja -le dijo Keily.
-En fin, toda bruja tiene que aprender a utilizar los hechizos, tu eres joven, pero posees el Poder del Equilibrio. Y... Tarde o temprano tus poderes se descontrolaran como no aprendas a usarlos.
-Pues... -penso Keily-, yo creo que tu deberias enseñarme a usarlos, sabes hacer muchos hechizos ¿No es asi?
-Si, si lo es. Pero no puedo hacerte la comida todos los dias, aprenderas a cocinar y tambien a mantener la casa. Lo siento mucho, Keily, ya se que para ti es un rollo, pero... Si quieres vivir aqui, conmigo, sin tus padres, tendras que independizarte.
-Entiendo -dijo Keily sorbiendo la sopa.
-Me alegro, y despues, tus estudios escolares, todos los niños de Roseville van al colegio, tu tambien deberias ir. No puedes dejar de estudiar por que te has mudado.
-Entiendo -dijo otra vez Keily.
Y asi acabo la conversacion, Keily se fue a la cama, y Lumina, espero a que se durmiera. Lumina pensaba en que Keily era una niña muy especial, con un caracter abrasador pero tambien dulce, con su lado oscuro y su lado luminoso. Ying y yang. Era todo a la vez. Por eso Sam la queria tanto, Lumina se habia dado cuenta. Ella era especial, unica, pero nunca hubiera sabido que un peligro se acercaba dispuesto a derrotarla...

lunes, 26 de abril de 2010

De vuelta-Capitulo13

Keily habia decidido quedarse alli para echar un vistazo a la zona, no sabia donde se encontraba, en las afueras del pueblo, probablemente, se dio cuenta de que estaba en un acantilado. Cambio de direccion hacia el norte. Habia un peligroso camino de rocas que descendia hasta un bosque muy bonito.
-No pensaras bajar por ahi -le dijo Lumina.
-¡Oh! ¿Y porque no? Parece bonito.
-¿Te parece bonito ese camino?
-No, no, el bosque.
-Es un bosque muy antiguo de la region, ya lo visitaremos otro dia. Venga, vamos.
-Oh, Lumina, porfavor, siento gran curiosidad y...
-¡Sin rechistar! -la interrumpio-, cogeremos el camino del oeste, hacia el pueblo...
Caminaron un buen rato por un camino pedregoso, rodearon un torrente y bebieron agua de un arroyo. La naturaleza del valle era preciosa. Se entretenieron con mil cosas mientras caminaban, por eso, llegaron un poco mas tarde al pueblo, a la hora de comer. Cuando Keily llego a casa, se encontro una sorpresa alli, en la casa estaban todos y cada uno de sus amigos.
-Ho-hola... -les dijo desconcertada-, ¿Que puedo hacer por vosotros?
-¡Oh, nada! -exclamo Ice contenta-, estabamos aqui, esperandote... Sabiamos que habias salido del pueblo y estabamos preocupados.
-¿Preocupados? ¿Porque?
-Bueno, Sam nos dijo que querias ir a los bosques Altos, en estos momentos son peligrosos. Se oyen voces y gritos por la noche.
Keily se quedo petrificada, si hubiera sabido eso, nunca se hubiera acercado a aquellos bosques.

-Hace tiempo que intentamos descubgig que son esas voces, lo hemos intentado, pego, nada... -dijo Cliff pronunciando la g en vez de la r, como solia hacer-, yo ya estoy hagto, los mayogues no nos dejan ig a los bosques, es fgustante...
-Entiendo -dijo Keily divertida por la manera de hablar de Cliff-, ¿Y Sam?
-Cgeo que se a ido a su casa, un poco enfadado, le hubiega gustado quedagse contigo, segun el.
"¡Vaya!" penso entonces Keily, pero no dijo nada mas, saco unas galletas de un armario de la cocina y se las dejo en la mesa a sus amigos, que se las comieron agusto, pero...
-¡Esta galleta sabe a platano!
-¡Y esta a fgesa!
-¡Y esta a chocolate!
-Es un hechizo que intente hacer ayer a noche -dijo Keily-, cuando Lumina ya estaba dormida. Se trata de cambiar el sabor de las galletas, es facil, solo teneis que...
-¿¡CÓMO?! -chilló Lumina enfurecida- ¡No te permito eso, nunca!
-Tranquila, hada enfadada. -dijo Keily riendo.

El primer vuelo con Nube-Capitulo 12

Eran las siete de la mañana, Keily se había despertado a esa hora porque tenia una cita con Sam. Tampoco era una cita, solo una reunión entre amigos. Keily se puso su mejor vestido y preparo a Nubecita, iban a dar un paseo por el cielo. Sam no se lo creía, nunca había montado en un Pegaso, su familia poseía uno, pero no le dejaban montarse. Sam, muy puntual, llamo a la puerta a las siete y media de la mañana, cuando estaba amaneciendo, una hora muy romántica. Keily salió y le indico el camino de los establos, donde se encontraba Nubecita. Le puso la silla y las riendas y lo saco afuera, se había convertido en un caballo muy obediente. Primero se monto Keily, después Sam, se le notaba nervioso, estaba sudando y Lumina, sinceramente, no pensaba que fuera por que iba a montar en un Pegaso. Despegaron, las casas se iban haciendo pequeñas, y al final parecían hormigas.
-Desde aquí se ve todo... -dijo Sam.
-Si, ¿Es precioso verdad? -le contesto Keily, contenta.
Sobre volaron el valle, hasta que llegaron al mar, zona peligrosa, pero la más bonita de todas, amanecía y todo era precioso.
-¡Cuidado! -gritó de repente Keily, iban directos hacia una roca enorme, pero, Nube, con una maniobra, la esquivo-, ¡Buen caballo!
Exclamó entonces Keily.
-¿Le gustan los terrones de azúcar? -preguntó Sam- he traído algunos.
-Oh, no lo se. Da le uno, a ver si le gusta.
Parecía que si, porque Nube, volviéndose loco de repente empezó a dar volteretas y arranco el terrón de azúcar de la mano de Sam.
El caballo estaba des controlado, iban a aterrizar en un prado rocoso. Un lugar no muy seguro. Fue el peor aterrizaje que había sufrido Keily en su vida, se rompió la muñeca y tenía la cara entera de arañazos.
-Lo siento -dijo Sam, disgustado.
-¿¡LO SIENTO?! -gritó Keily, enfadada-, ¡¡MIRA LO QUE HA PASADO POR TU CULPA!! ¡NUNCA MÁS TE HABLARÉ! ¡PEDAZO DE... ESTÚPIDO! ¡SI NO HUBIERAS TRAÍDO LOS MALDITOS TERRONES, NADA DE ESTO HUBIERA PASADO!
-¡LO SIENTO, HE DICHO! -gritó también Sam-, ¡HA SIDO UN ACCIDENTE, A TODOS NOS PASA!
Entonces, Keily se dio cuenta de lo mala que había sido con su amigo. Y le pidió perdón.
-Nube, -le dijo entonces a su caballo-, lleva a Sam al pueblo, yo me quedare por aqui con Lumina.
Y asi fue.

Entrenar a Nube-Capitulo 11

A Keily no le esperaba un día tranquilo, la señorita Roberta se había ofrecido para ayudarla a domar a Nubecita, su Pegaso. Era un caballo alado joven y todavía juguetón, le gustaba dar piruetas en el aire y parecía no escuchar las ordenes que le daban. Keily estaba desesperada, por mucho que lo intentara... No conseguía que Nube le hiciera caso. La señorita Roberta F.D.L, que era una autentica experta, cabalgaba en el aire perfecta mente sobre Nubecita, pero Keily no conseguía domar lo. La expresión de Nube era de un buen caballo, que obedece y posee un gran poder. Pero cuando Keily se montaba parecía perder esa expresión. Keily se había hartado ya de montar.
-Señorita Roberta -dijo-, muchas gracias, pero creo que me rindo ¿Puedo cambiar mi Pegaso? Igual otro es más manso y me obedece.
-Lo siento mucho, Keily -respondió decepcionada Roberta-, pero los caballos alados no se pueden cambiar así como así, usted firmo un contrato, ahora no puede renunciar. Lo que si puedes hacer... Toma este látigo -le dijo a Keily entregándole un látigo con aspecto siniestro-, si Nubecita no obedece, da le con el sin piedad. Los caballos aprenden así.
A Keily le pareció una idea horrible, pero si tenia que pegar al pobre Pegaso para lograr que le obedeciera, lo haría. La Señorita Roberta Flor de Lis se marcho tranquila a su tienda. Keily se monto, no quería darle con ese látigo a Nube, pero tenia que hacerlo. Empezaron a planear por el cielo, todo iba bien, hasta que Nubecita cambio de dirección y empezó a dar volteretas, Keily le pegaba, le daba latigazos dolorosos y Nubecita se quejaba, hasta parecía que lloraba, el pobre. Keily paro ¿Que estaba haciendo? Estaba agrediendo al pobre animal, y ese no era su "estilo" de doma. Nubecita descendió y se poso en el suelo dejando que Keily se bajara, la miro con des confianza, Keily se acerco, le acaricio una herida que tenia a causa del látigo, la herida desapareció, le había curado con solo tocarlo. Keily abrazo a Nubecita, pobre, le había hecho mucho daño, no se lo merecía.
-¿Me harás caso a partir de ahora, Nubecita? -le preguntó.
Nubecita alzó la cabeza y luego la bajo, haciendo el gesto de "si".

Los amigos de Keily-Capitulo 10

Keily había hecho muchos amigos, los que mejor conocía, eran Sam y Vainilla. Sam era un chico guapo, alto, rubio, era fuerte y valiente y también amable, tenia 12 años, Vainilla era muy dulce, le encantaba pintar, hacia los mejores retratos que se pudieran imaginar y también tenia doce años. Además era muy amable, era buena y sonreía siempre. Gardenia Fhres, era una niña de diez años muy simpática y despistada, le encantaba leer y encontraba cualquier escusa para llevar a sus amigos a la biblioteca. Lea Petal, era la mas pequeña del grupo, tenia la traviesa edad de 5 años, siempre andaba cantando y era muy educada. Alhelí Sunflower, era la hermana de Vainilla, se llevaban un poco mal, pero aun así se querían mucho. Orchid Mick, un niño de 8 años que nunca estaba quieto, era amable y muy jugueton. Cliff Michael tenia doce años y era muy buen amigo de Sam, hacia unos buenos retratos gracias a las clases de dibujo que le había dado Vainilla, y por ultimo, pero no menos importante, Ice Floe, una niña de doce años, alegre, amable, dulce, buena, cariñosa, simpática, guapa... Tenia todas las cualidades, y sin embargo, tenia el poder de destruir. Keily en seguida se hizo amiga de todos ellos, además, a los niños les encantaba la casa de Keily, pues era muy grande y perfecta para jugar al escondite. Ese día, Keily invito a todos sus amigos a casa, el primero en presentarse fue Sam, estaba muy elegante, con un jersey limpio y unos zapatos negros y brillantes, Keily se había quedado mirándole de arriba a abajo.
-Que, - le dijo Sam-, ¿Puedo entrar ya?
-¡Oh, si claro! -se sobresalto Keily- pasa, pasa...
Subieron al piso de arriba, donde estaba la habitación de Keily, era una habitación muy bonita, con dos camas una a un lado de la pared y otra al otro lado, tenia una ventana enorme y un escritorio muy bonito, la habitación era ordenada y limpia, y desprendía un olor a fresas a fresas. Sam se sentó en el borde de una cama.
-Los demás llegaran dentro de un rato -dijo.
-Me alegro, ¿Y vendrán todos? ¡Tengo tantas ganas de verlos!
-Si, pero algunos se han tenido que escapar de sus casas porque sus padres no les dejaban salir.
-¿Están corriendo riesgos por mi? ¡Vaya! -suspiro.
-En mi opinión, les gusta escaparse, después de todo, es divertido... Así que les haces un favor.
-Ya, me imagino... ¿Quieres un te? -pregunto Keily levantando se.
-Bueno, no, no, gracias, no te molestes.
-Bien, voy al baño un momento.
Se metió en el baño con Lumina, se repeino y con un hechizo intento quitar una mancha que tenia en el vestido.
-Deja me a mi -le dijo Lumina, que con un hechizo hizo desaparecer la mancha.
Keily salio del baño muy bien peinada y con el vestido impecable.
Con mala suerte, tropezó, y callo a los pies de Sam.
-¿Has perdido algo? -le dijo el con tono burlón.
Keily se moría de la vergüenza, cuando, por arte de magia, sonó la puerta abajo, corrió a abrir.
Todos los chicos y chicas de la banda estaban allí. Entraron nerviosos y Keily les invito a subir a su habitación, se acomodaron como pudieron, eran tantos... Algunos se sentaron en el suelo, otros en la cama, otros en el alféizar... Y le hicieron mil preguntas a Keily.
-¿De donde vienes?
-¿Como se llama tu pueblo?
-¿Es bonito?
-¿Cuantos años tienes?
-¿Esos zapatos no te hacen daño en los pies?
Contesto las preguntas una a una.
-Vengo de Estados Unidos, mi pueblo se llama Nueva York, tengo doce años, y... Si, estos zapatos me hacen daño en los pies.
Estuvieron hablando durante horas, hasta que... Las madres empezaron a llamar a la puerta de Keily y todos los niños se tuvieron que ir, todos menos Sam. Que quería quedarse un rato mas con Keily.
-¿Y que poder posees? ¿Crear o destruir?
-Yo... Yo... Poseo los dos.
-¿Los dos? Creí... creí que era imposible.
-No, no lo es.
Lumina temía que Keily le contara a Sam todo sobre sus poderes, y así lo hizo.
-Así que... -dijo Sam-, ¿Posees El mítico poder del Equilibrio? Todos en el pueblo lo tomamos por una broma, pero... Eres el día y la noche, el sol y la luna, lo bueno y lo malo, la vida y la muerte... ¿Así es como te lo dijo Lumina, no?
-Si, así es como me lo dijo. Es interesante, nunca supe que tenia poderes. En mi país esos poderes se toman a broma, eso de hacer magia, esas cosas... No son comunes.

sábado, 24 de abril de 2010

Keily descubre sus poderes-Capitulo 9

Era una mañana soleada, Keily había bajado a desayunar y Lumina, con un hechizo, había hecho aparecer unas deliciosas tortitas acompañadas de té en la mesa. Lumina salió un momento al jardín, muy cuidado gracias a la florista del pueblo Florcita Flora. Arranco el pétalo de una flor, y se lo comió tranquila mente sentada en una hortensia. Entro a ver si Keily había terminado ya el desayuno. Keily parecía preocupada.
-Lumina -dijo.
-¿Que?
-Yo, estaba pensando que... ¿Que estarán haciendo mis padres ahora mismo sin mi? Puede que me estén buscando, o puede que les haya hecho un favor yéndome.
-No digas eso -la consoló Lumina-, tu querías venir a este pueblo y yo... Yo solo te hice un favor. Los niños crecen mejor en sitios tranquilos, cuando ya seas lo suficiente mayor, puede que vuelvas a tu mundo de nuevo.
-Pero entonces yo no querré irme, porque le habré cogido cariño al pueblo y a sus habitantes...
-Lo se, tesoro -dijo Lumina acariciándole el pelo-, pero lo bueno no dura para siempre. Tarde o temprano tendrás que volver y...
-No hables más -la interrumpió Keily.
Y se marcho afuera, estaba triste, y no sabia porque. Echaba de menos a sus padres, queria a Lumina, que era como su niñera. Pero era difícil vivir una nueva vida. Estaba furiosa y a la vez triste, sus ojos enrojecieron, apreto los puños furiosa. Una fuerza misteriosa marchito por completo las rosas del jardín. Se quedo pasmada, ¿Que clase de poder era ese? ¿El poder de destruir? Intento arreglar las flores de todas las formas posibles, diciendo "¡Volved a vuestro estado!" o cosas por el estilo. Al final, desistio, y mientras se marchaba, noto un resplandor detras de ella, se volvio, las flores estaban de nuevo bien ¿Como era posible, las habia curado ella? Era raro, Lumina le habia explicado que solo podia tener un poder, el de destruir y hacer desaparecer o el de crear y curar. Pero... Habia marchitado las flores y las habia curado despues. Corrio hacia la casa para contarle todo a Lumina, que se quedo pasmada.
-¿Como... Como es posible? -se preguntaba-, creia que solo se podia tener un poder, es decir... Que solo... Cariño, ¿Es cierto eso que has hecho?
-Desde luego.
-No, no, no. No puede ser otra cosa que... El poder del Equilibrio -dijo asustada-, pense que solo era una leyenda, era... Una broma que se invento alguien, pero, ¡Que va! ¡Existe el poder del Equilibrio, y esta junto a mi!
-Lumina... -dijo Keily preocupada-, ¿Que es "El poder del Equilibrio"?
-El poder de la vida, cariño, es una leyenda... Hace muchos años, es más, siglos, un sabio en el que habian confiado todos desde hace mucho tiempo en el reino de Las Rosas Rosadas, invento El poder del Equilibrio, decia que solo podia existir uno en la tierra, y, que si El poder del Equilibrio estaba en una persona, y esta persona moria, la tierra se... Se... Se extinguiria. TU eres el Equilibrio -dijo marcando "Tu"-, de ti dependen todos. Eres el dia y la noche, el sol y la luna, lo bueno y lo malo, la vida y la muerte... Puedes curar y matar, recuerdalo siempre cuando estes en apuros, y sobre todo... No abuses de tus poderes, podria pasar algo muy malo, si necesitas algo, pidemelo a mi.

Keily conoce a Nubecita-Capitulo 8

Nubecita era el Pegaso de Keily, así lo había llamado ella, todavía no lo tenía en casa, pues hasta que lo pudiera tener en su poder, la señora Roberta debía hacer un papeleo y entregárselo una semana más tarde... La semana paso volando. Y el lunes, muy puntual, la señora Roberta llamo a la puerta de Keily a las 8:00 de la mañana, cuando Keily aun dormía. Lumina la despertó.
-¡Keily, Keily, la señora Roberta Flor de Lis! ¡Esta llamando a la puerta, vamos, levanta, viene con Nubecita!
Cuando Keily oyó la palabra "Nubecita" se levanto de un salto, Lumina fue a abrir a la señora Roberta mientras Keily se vestía y se aseaba, bajo y en la puerta, vio al ser mas maravilloso del mundo. Era precioso, un Pegaso como ninguno. Perfecto, hasta parecía que sonreía. La señora Roberta estaba encantada.
-Me alegro de que lo hayas adoptado, has tenido suerte de llegar antes de que otra persona lo acogiera.
Keily sonrió y pensó en un lugar donde el Pegaso podría vivir... "Será una criatura libre, nada de tenerlo en casa, quizá podría vivir alrededor de la casa, pero... Es un ser vivo, querrá explorar..."
-Keily -dijo por ultimo la señora Robelta, entregándole una especie de silbato-, cuando pierdas a tu Pegaso, llama lo con este silbato, emite un sonido que solo pueden oír los Pegasos, el acudirá a ti.
-Esta bien, ¡Y gracias, señora Roberta! -dijo Keily despidiendo se.
Se monto sobre Nubecita y, queriendo probar por primera vez a su corcel, gritó:
-¡VUELA, NUBE!
El caballo alado salió volando, era muy rápido, Lumina no podía alcanzarlo.
-¡So, so! -gritaba Keily-, ¡Abajo pequeño, abajo Nubecita! ¡Sooo!
Keily no sabia que hacer, Nube volaba en todas las direcciones, Lumina hizo un hechizo "Haz que pare, haz que pare ya, todo lo que en este momento se mueva, que baje a la tierra y pare de volar" En ese momento, Nubecita bajo como por arte de magia (y así era) a tierra. Keily suspiro aliviada.
-Gracias, Lumina.
-De nada -dijo ella-, pero tendrás que adiestrarlo.
-Si, si... -dijo acariciando a Nubecita, que se lo agradeció con un sonoro relincho.

Keily se adapta-Capitulo 7

Keily en seguida encontro una casita, situada en frente de la plaza principal, bueno, en realidad no era una casita, era grande, muy grande para una niña y un hada. Nada más entrar, estaba la cocina, y en la cocina habia un pasadizo situado a la izquierda que conducia a una habitacion cavernosa oscura y humeda. Junto a la cocina estaba la sala, muy imponente, con muebles de evano y una chimenea. Habia una escalera que conducia a la parte de arriba, donde habia tres habitaciones y un estudio, aparte de eso, habia mas habitaciones... Baños, cocinas, salas... Parecia que todo estuviese multiplicado. Aparte de eso, Keily conocio a unos niños estupendos, a una pandilla que en seguida se hizo su amiga, los niños que formaban la pandilla se llamaban: Sam Flowerpot, Gardenia Fhres, Lea Petal, Vainilla Sunflower, Alhelí Sunflower, Orchid Mick, Cliff Michael y Ice Floe. Tenian los nombres y apellidos mas raros que Keily habia conocido nunca. Todos los niños y niñas que formaban la banda tenian poderes, en resumen: eran magos y brujas de buen corazon. Keily tenia envidia ¿Porque ella no podia tener poderes como ellos? ¿Porque no podia elevarse, porque no podia transformarse, porque no podia hacer levitar un objeto? Pronto descubriria porque Lumina habia acudido a ella, Keily poseia un poder superior a todos... Un poder temido... El poder del Equilibrio.

Un portal hacia el Reino de las Rosas Rosadas-Capitulo6

Keily estaba ansiosa por abrir el armario, hacia mucho que no lo abría (tenia toda la ropa tirada por los rincones de su cuarto) y también quería ver que sorpresa le esperaba dentro. Se levanto y con mucho cuidado, abrió su desordenado armario, para su sorpresa, dentro no había nada, todo el desorden que había hace días, había desaparecido, el armario estaba vació. Pasaron unos segundos en los que Keily no tenia palabras, pero la sorpresa vino después... Del armario salio una luz cegadora que invadió toda la habitación.
-¡Vamos, Keily! -la animaba Lumina-, mete te dentro del armario, yo te seguiré ¡Tranquila, no te pasara nada!
Keily, con un hilito de voz dijo...
-Si...
Se adentro en el armario y desapareció, Lumina (como le había prometido) la siguió, El viaje fue largo. Durante unos momentos Lumina se encontraba sobre volando un valle preciosa, un precioso mar, montes altos, gaviotas volando a su alrededor, olores y sonidos agradables... A lo lejos, diviso un pequeño pueblo con un aire acogedor y perfecto para vivir. Keily estaba adormecida, como si todo fuera un sueño. No se podía creer lo que veía, estaba inconsciente. Lumina intentaba despertarla.
-Vamos Keily, despierta, vamos...
Keily a duras penas podía hablar.
-Lu-lumina ¿Donde estamos? N-no se... que, que ha pasado...
-Tranquila, cariño -dijo Lumina besándole en la frente- estamos sobre volando el reino de las Rosas Rosadas... En seguida llegaremos a Roseville...
Lumina durmió sobre las nubes hasta que llegaron a Roseville, un pueblo tranquilo y perfecto, donde convivian hadas y humanos, brujas y magos del mismo aspecto que los humanos e igual de buenos, dragones y caballos halados. Todo era perfecto allí, las casas de piedra eran acogedoras y grandes, tenían jardines con invernaderos, también había casitas pequeñas, una escuela, y por el cielo volaban caballos alados a los que llamaban Pegasos (Pegasus Unicornius) Keily estaba tumbada en el suelo, al aterrizar se habia caido sobre el suelo de piedra de la plaza principal. Se levanto y se sacudió la falda. Miro a su alrededor ¿Donde se encontraba? "Que pueblo mas bonito" se dijo. Y miro al cielo, se sorprendio al ver, los pegasos y dragones que volaban en el cielo transportando a personas de un lugar a otro. A su lado, estaba Lumina.
-¡Eh, Keily! ¡Estamos en el reino de las Rosas Rosadas, en Roseville!
-¿Q-que? ¿Asi que este lugar existe?
-¿Creias que no?
-Bu-bueno -se corrigio Keily-, no del todo. Parecia mentira que existiera un lugar asi.
-En fin... -suspiro Lumina-, antes de encontrar una casa para ti y presentarte a todos los ciudadanos, debemos conseguir un Pegaso o Dragon como mascota.
-¿Que?
-En este pueblo, como medio de transporte, no utilizamos coches, si no criaturas magicas con alas, que son mas rapidas y no contaminan, como Dragones y Pegasos. Tu eliges, los Dragones tienen poderes destructivos, son valientes y fieles, suelen ser buenos para luchar y los Pegasos son seres bellos culla personalidad es calida y dulce, son criaturas maravillosas.
-Um... -penso Keily-, creo que Pegaso.
-¡Bien! ¡Entonces, vayamos en seguida a la tienda de Roberta Flor de Lis.
-¿Quien es? -pregunto Keily desconcertada.
-Es la señora que cuida a los Dragones y Pegasos, cada vez que llega alguien nuevo al pueblo, ella se encarga de que tenga en seguida un Dragon o un Pegaso ¡Son imprescindibles! Así de paso conoceras a una ciudadana.
Keily seguia a Lumina contenta, el pueblo era hermoso, con callejuelas, calles, plazas... La naturaleza abundaba en el, en todas las casas habia un jardin, o por lo menos, una flor. Y sobre todo rosas, muchas rosas... Era extraño, el pueblo se llama Roseville... Algunos niñas cruzaron la calle corriendo y ni se percataron de la existencia de Keily. Se sintio mal, ¿Haria amigos en el pueblo? Despues de que Keily le diera mil vueltas a su cabeza, llegaron a la tienda de la señora Roberta F.D.L
Era como una tiendita de caramelos viendola desde fuera, era pequeña y de muchos colores, en un expositor habia correas y sillas como las de montar a caballo. Entraron, de una puertecita, salio una mujercita vieja, pero muy delgada, con un rostro limpio, y el pelo recogido en un moño blanco.
-¿En que les puedo ayudar, señoritas? -dijo.
-¡Oh, hola! -exclamo Lumina- señora Roberta, hoy traigo a una nueva ciudadana, se llama Keily, viene de... Otro reino. Queremos un bonito Pegaso para ella.
-¡Oh estupendo, acaban de traer unos Pegasos preciosos! En especial uno... Um... Es de tonos lilas, es precioso... No se donde lo abran encontrado... Pero es un ejemplar maravilloso.
Keily sonrio. La mujer le indico la puertecita, entraron, habia unos establos, como los de caballos, solo que dentro estaban los Pegasos, mas lejos, se veian grandes y terrorificos Dragones. Keily se estremecio al ver un Dragon negro con unos ojos rojos grandes y amenazadores. Miro a los Pegasos uno a uno, casi todos eran blancos, algunos negros, pero de repente ¡Un Pegaso lila relincho! Era precioso, brillaba y en sus ojos se veia el arcoiris... "¡Quiero ese!" dijo en seguida Keily señalando al bonito Pegaso. Ya se lo imaginaba volando entre las nubes...


jueves, 22 de abril de 2010

La busqueda- Capitulo 5

Mientras tanto, Keily esperaba y esperaba... "¿Donde estara Lumina? Pobrecita, es muy pequeña, no conoce la ciudad... Se habra perdido, supongo que tengo que volver a casa y esperar, pero... ¿Y si no llega nunca? Tengo que buscarla... Quiza a hecho algun hechizo para encontrarme, debo concentrarme..." Pensaba. Y en ese momento, percibio las vibraciones, que envolvian un mensaje, como si fuera una carta, el mensaje decia: "Hola Keily, me he perdido ¡Ah, si! Soy Lumina, por favor dime que estas recibiendo mis mensajes... Necesito tu ayuda... Porfavor Keily, ya no tengo esperanzas, llevo una hora intentando contactar contigo... Debes ayudarme, solo tienes que decir esto y podre seguir un rastro hasta ti, es un viejo hechizo, puede que funcione, bueno tu di en voz baja esto: Encuentrame hadita perdida, encuentrame por tu vida, encuentrame en un campo de flores..."
Keily habia recibido el mensaje pero no lo entendia muy bien, obedecio a Lumina y dijo las palabras magicas, Lumina ya estaba empezando a seguir el rastro, loca de contenta. Así estuvo una hora, siguiendo el rastro, ya eran las ocho de la tarde, hasta que llego a Keily. Keily dio un besito en la mejilla a Lumina...
-¡Cuanto te he echado de menos! -exclamo-, pense que ya no había esperanzas, que te había perdido para siempre...
-¡Oh, tesoro, tranquila! No se puede perder a un hada, tarde o temprano me encontrarias...
Subieron a casa cansadas, Keily saludo a sus padres y se encerro en su cuartol, se tiro en la cama... Pero Lumina le dio una sorpresa.
-¡¡¡KEILY!!!
-No hace falta que grites -dijo Keily con pereza-, ¿Que pasa?
-¿Hace cuanto no ordenas tu armario?
-Hace mucho, hace meses que no lo abro.
-¡Pues ya es hora de abrirlo!
-¿Porque? ¿Hay algo importante dentro?
-Dentro te espera una sorpresa muy agradable...

miércoles, 21 de abril de 2010

En clase-Capitulo 4

Por fin, Keily llego a clase, se sentó en su pupitre y, canturreando, espero a que llegara la profesora. Algunos chicos hablaban entre ellos de fútbol, quien había ganado el partido, quien hizo una falta, etc. Un grupo de chicas se decían cosas al oído y luego reían a carcajadas, para Keily todo era normal, pero para Lumina... Era totalmente nuevo y diferente. Lumina salio un momento de la mochila y se poso en la mano de Keily, toda triste y apagada. Keily cogió el móvil y hizo como que estaba hablando con alguien, Lumina sabia bien que era un truco para que no la descubrieran.
-¿Que te pasa? -pregunto Keily.
-Pues... Cuando un hada pierde su luz pierde su humor.
-Oh, vamos -intento convencerla-, solo serán un par de horas en seguida nos marcharemos y podrás volver a recuperar tu luz.
Todos los alumnos que estaban en la clase se volvieron para mirar a Keily, esa no es la típica frase que se dice por teléfono.
-En fin... -suspiro Lumina-, supongo que será así todos los días... Por lo menos si me quedo contigo.
-¡Eh! ¡No querrás marcharte ahora! -grito Keily llamando la atención de todos-, ¡Ya eres mi amiga ahora no puedes abandonar! Pero... No tenias porque haber venido, podías haberte quedado en mi habitación, allí nadie te hubiera visto.
-Me hubieran descubierto, mi luz es muy potente.
-Bueno, tranquila, te he traído la merienda -dijo Keily sacando de la mochila unos pétalos de rosa arrugados-, no se si querrás comértelos en el estado que están, pero te prometo que están buenos.
Lumina cogió los pétalos y se metió de nuevo en la mochila, ¡Había llegado la profesora!
-Buenos días niños -dijo.
-Buenos días señorita.
La profesora dejo algunos libros sobre su mesa y con aire solemne, anuncio:
-Hoy llega un nuevo profesor a nuestro colegio, se llama Tim, espero que le deis una buena bienvenida.
Dicho esto, la clase empezó, la profesora escribió difíciles ecuaciones que a Keily le resultaban simplemente fáciles, pues era muy aplicada. Las clases transcurrieron con total normalidad, hasta que llego la hora del recreo, todos salieron al patio. Keily saco a Lumina.
-Ya puedes recuperar tu luz -le dijo.
-Fiuu -suspiro Lumina aliviada-, estaba empezando a cansarme.
Como había hecho para apagarse, hizo un esfuerzo para encenderse. Volvió a brillar guapa y alegre.
-Bueno... ¿Que piensas hacer? -pregunto Lumina.
-Yo... Pues... Había pensado...
-No quiero estar una hora mas en esta cárcel ¿Nos podemos ir ya?
-Tu no lo entiendes, Lumina. El colegio es obligatorio para los menores, tengo que estar hasta las cinco de la tarde en el, si no podrían expulsarme o algo peor.
-En ese caso, quedaremos en la puerta de tu casa a las cinco y media, ¿Te parece bien?
-Si, claro, es buena idea. Ahora eres libre.
Lumina se despidió con la mano y sobrevolo la ciudad. Se paro en un punto exacto, bajo ella había una floristeria con las flores mas exquisitas que había visto nunca. Se acerco sigilosamente y arranco el pétalo de una flor, fue arrancando poco a poco todos los pétalos posibles, y se los guardo en su pequeño bolsillo, una señora mayor salio de la tienda, era la propietaria, Lumina se oculto detrás de una maceta, y oyó como la señora se lamentaba "¿Donde están los pétalos de mis preciosas flores? ¡Oh, pobre de mi! ¿Que haré ahora?" A Lumina le dolieron en el corazón los lamentos de la pobre señora, y hizo un hechizo "Las flores son flores y lo demás tonterías que todos los pétalos de estas revivan" Los pétalos crecieron en las flores de nuevo, Lumina salio volando satisfecha. La ciudad le parecia impresionante: Los coches, las tiendas, la gente yendo y viniendo de aquí para allá. Paso mucho tiempo volando cuando se canso y se sentó en la copa de un arbol, miro su pequeño reloj, ya eran las cinco "Debo ir a casa de Keily" se dijo. Pero despues se dio cuenta de una cosa... "¡Hadatonta, hadatonta, hadatonta!" grito furiosa "¿Como no puedo saber donde estoy? Crei que la casa de Keily se encontraba por aqui... La se reconocer, es de color... ¡Un momento! ¿Ese no es el colegio de Keily? No, debo de haberme equivocado..." Y así paso toda la tarde, hasta que dieron las seis, y ella seguia volando sin saber donde estaba. Cada vez estaba mas preocupada, cada vez la ciudad le parecia mas desconocida, cada vez estaba mas cansada... Solo le quedaba una escapatoria, penso y penso... "Tendria que ponerme en contacto con Keily ¿Pero como? Esos hechizos son muy díficiles para mi, y ella no percibiria mis señales, estara esperandome, pobre criaturita... Pero tengo que intentarlo." Y asi lo hizo, debia ponerse en contacto con Keily a traves de unas vibraciones que solo podian reproducir sus antenitas, lo intento una y otra vez, solo debia pronunciar el nombre de la persona con la que queria ponerse en contacto y hacer que sus antenas recibieran señales de llegada. Es decir: Recibir unas señales que la conducerian a una respuesta. Pero era díficil para ella, aunque Lumina era sabia y tenia experiencia, era un hada muy joven. Demasiado para visitar las grandes ciudades construidas por el hombre.

sábado, 17 de abril de 2010

De camino a clase-Capitulo 3

Keily sabia muy bien que no podia ir al reino de las Rosas Rosadas, pero se moria de las ganas. Se imaginaba lo bonito que podia ser vivir en un lugar asi. Llego la hora de ir al colegio.
-Lumina, metete en mi mochila.
-¿En esa cosa? ¡Ni hablar! Antes prefiero perder mis alas que meterme ahi ¡Tendrias que ordenarla de vez en cuando!
-Bueno, vale... Pero me queda poco tiempo y todavia tengo que desayunar...
-¿Y yo que? ¡Tambien me alimento!
-¡Que cascarrabias estas hoy! ¿Y que quieres para desayunar?
-Tostadas de petalos de rosa rebozadas en aroma de flores con miel de abejas de petunia.
-¿Como?
-Te lo pondre mas facil, un petalo de cualquier flor.
-¿Y con eso ya has desayunado?
-Piensa que yo tengo un cuerpecito minusculo...
Keily le hizo caso, salio al balcon donde su madre guardaba las flores y le arranco un petalo a una rosa, Lumina se lo comio trozito a trozito hasta que se lo termino. Se relamio y ordeno la mochila de Keily con un hechizo mientras ella desayunaba.
-¡Asi esta mejor! -exclamo Lumina- me hare un huequito en este bolsillo.
Keily llego a la habitacion y cuando vio su mochila, se quedo pasmada.
-¿Como has podido ordenarla en tan poco tiempo?
-Libro de magia y hechizos, articulo 10 "Ordenalo todo, ordenalo ya, que brille como el oro, y nunca se vuelva a desorganizar"
-¡Wau! Osea que tambien puedes hacer magia...
-Si, si, claro... Todo es cuestion de aprender.
-¡Hora de ir al colegio! -grito la madre de Keily desde la cocina.
-Hazte un sitio en la mochila ¡Nos vamos! -le dijo Keily a Lumina.
Se encaminaron hacia el colegio cansadas, levantarse a las siete de la mañana no era facil. Keily pensaba en Lumina, en el reino de las Rosas Rosadas y en los hechizos que sabia hacer Lumina. Quiza ella tambien podria aprender a hacer algun hechizo. Llegaron al colegio, algunos chicos se burlaron de Keily y un grupo de chicas la saludaron, "deben de ser sus amigas" penso Lumina, asomada para ver donde estaba. Keily en seguida se junto con ellas.
-¿Que es eso que brilla en tu mochila, Keily? -pregunto una chica con tono burlon.
-Pues... -Keily busco una escusa-, es el mp3, se me ha olvidado apagarlo.
-¿Y a que esperas para hacerlo? -dijo otra, seria.
-Eh... Enseguida vuelvo.
Keily se aparto un momento y saco a Lumina de la mochila.
-¡Lumina! ¿Hay alguna manera de apagar tu luz?
-Eh si... Pero... Preferiria no hacerlo.
-¡Obedece! -grito Keily.
Lumina cerro los ojos e hizo un pequeño esfuerzo, acto seguido, se apago por completo y se metio de nuevo en la mochila enfadada.
Keily se junto de nuevo con sus amigas.
-¿Con quien hablabas, Keily? -preguntaron.
-Pues... Justo cuando iba a apagar el mp3 mi madre me llamo al movil.
Despues de decir esto, todas juntas, calladas, entraron en la escuela. La escuela de Keily era una escuela normal: Con taquillas, clases, pupitres...

El reino de las Rosas Rosadas-Capitulo 2

Keily no cabia en si de felicidad ¡Habia encontrado a una verdadera hada! Se hicieron amigas intimas en seguida, Lumina no paraba de hablar de su reino, de lo bonito que era.
-Lumina -dijo Keily-, ¿Yo podria visitar el reino de las Rosas Rosadas?
-Pues... -se lo penso-, si, pero ¿Crees que tus padres te dejarian?
Keily sacudio la cabeza. Sus padres nunca la dejarian marcharse a un reino de hadas.
-Lumina -volvio a decir-, ¿En tu reino solo hay hadas?
-¡No! Que grandisima tonteria acabas de decir, en mi reino vivimos hadas y humanos. Convivimos, mejor dicho. Antes, antiguamente, estaba prohibido que hadas y humanos se vieran cara a cara, pero un hada establecio una nueva ley "Se confirma que hadas y humanos podran verse, dialogar, trabajar y soñar juntos".
-¿Soñar juntos? -dijo Keily confusa.
-Si, soñar juntos, vivir vidas juntos, ser felices juntos... Las hadas somos muy gentiles y aprendimos que algunos humanos tambien lo son. El reino de las Rosas Rosadas es el unico en el que viven humanos y hadas. Es un lugar perfecto para vivir.
-A mi me encantaria ir allí...

Keily-Capitulo 1

Keily era una niña de 12 años que creia en las hadas. No se lo habia dicho a nadie, excepto a su pececito de colores. Le encantaba dibujar y hacia unos dibujos preciosos de hadas volando o reinos lejanos y magicos, que luego guardaba bajo llave. Se portaba muy bien en clase, nunca habia dado problemas a sus padres ni a nadie, pero esos dias ella estaba realmente angustiada... La profesora le habia puesto una nota a sus padres por no haberse aprendido la leccion y estaba encerrada en su cuarto, llorando porque la habian castigado ¿Que podia hacer? "Hablar con mi pez de colores no sera la mejor solucion" penso Keily. Le hubiera gustado llamar a su mejor amiga, Lili, para contarle todo. Pero sus padres tambien le habian quitado el movil, no tenia nada que hacer, cogio su bloc de dibujo y empezo a pintar una preciosa hada de tonos lilas, sus alas eran grandes en comparacion con su cuerpo y estaban llenas de purpurina, sus ojos brillaban y era un ser luminoso. Su pelo largo y dorado la hacia aun mas bonita, era un hada perfecta. Keily seguia dibujando cuando noto una presencia, pero en seguida reanudo su trabajo. De repente sintio un pinchazo en el brazo, alzo la vista y vio un ser luminoso, un hada, como la que habia dibujado.
-¡Eh! Que estoy aqui -dijo el hada.
-¿Co-co-como? -solo pudo decir eso, por que su madre entro en la habitacion y el hadita se escondio entre el pelo rubio de Keily.
-Ah, hola mamá -dijo.
-Hola, Keily, he sido un poco dura, es tu primera nota mala, no tenia que haberme enfadado tanto. Te dejo salir, si quieres.
-Oh, mama, yo... Hoy no quiero salir.
-¡Que raro! ¿Ni siquiera con Lili?
-N-no mamá, gracias, pero... No.
-Bueno -dijo su madre decepcionada-, si quieres salir, tienes toda la tarde libre.
Cerro la puerta y de nuevo el hadita salio del pelo de Keily.
-Bueno... -dijo el hada-, me presentare, me llamo Luminaluminosaqueilumina, pero puedes llamarme... ¡Lumina!
-Pe-pero... ¿Tu que eres?
-Uff... ¡Siempre igual, los humanos sois asi, ignorante! Soy un hada, y vengo del reino de las Rosas Rosadas.
-¿Y porque has venido aqui?
-Pues... Queria explorar.
Keily cogio a Lumina entre sus manos, era muy guapa, incluso mas que la que habia dibujado. Su pelo era como hilos de oro, y tenia un vestidito de luz de color lila precioso, su sonrisa era reluciente y perfecta.