lunes, 31 de mayo de 2010

Un adiós-Capitulo 46

Keily se despidió de todos y se fue con Lily por el camino de los acantilados
_¿Tu querías venir? -le pregunto.
_Si, quería acompañarte, ir sola seria lo peor...
_Eres una amiga genial, Lily... Y pensar que antes eras vagabunda...
_Si, llevaba una vida errante, pero ahora estoy mucho mejor.
Siguieron caminando y caminando, caminaron durante todo el día, llegaron a un campo enorme lleno de nieve, todo estaba blanco. Era de noche y tenían sueño.
_¿Donde vamos a dormir? -pregunto Keily.
_No lo se, estamos en medio de un campo, donde solo pueden vivir los animales en sus madrigueras...
_¡Claro, Lily, eres un genio! Me transformare en topo y te transformare a ti también, así cavaremos una madriguera.
_Pero tardaremos meses.
_¡Pues haré la madriguera con magia!
Keily hizo lo dicho y se metieron en una madriguera muy profunda, caminaron por pequeñas galerías y llegaron a la madriguera, era acogedora y agradable. Se acurrucaron entre la tierra y se quedaron dormidas.

martes, 25 de mayo de 2010

Mas alla de las colinas nevadas-Capitulo 45

Keily estaba aun en la cama, Lumina tenia algo importante que contarle y estaba esperando a que se despertara pero dormia profundamente, al final, Lumina desperto a Keily.
-Esta nevando, sera mejor que te abrigues.
-Como quieras... -dijo aun entre sueños Keily.
Se vistio y bajo a desayunar, despues, tenia intencion de ir a la plaza con sus amigos pero Lumina la detuvo.
-Ven -le dijo-, tengo que hablar contigo.
-¿Ahora? ¿No puedes esperar?
-No, de ninguna manera ¡Es un asunto ultra importantísimo!
-Uff... Vale...
Se sento delante de Lumina.
-Keily, tienes que irte del pueblo.
-¿Que?
-¡Que tienes que irte, marcharte!
-¿Por que?
-El enemigo vendra a buscarte mañana, ¡Me lo advirtio! ¡Tu vida esta en mis manos, debes irte!
-¿Como que vendra a buscarme mañana?
-El enemigo, las fuerzas del mal... Quieren tu poder y esta vez vendran todos.
-Pero no quiero irme...
-No iras sola, Lily se ha ofrecido para ir contigo.
-¡Pero ahora hay nieve por todas partes!
-Cogeras una mochila, tienes magia, si te falta comida la haras aparecer.
-¿Y donde dormire?
-Eso lo descubriras tu misma.
-¿Puedo ir a despedirme de Sam?
-Si.
Sam estaba en la plaza, muy soleada y apetecible. La nieve se estaba derritiendo. Era una mañana ajetreada, la señora Roberta llevaba a unos corceles a su tienda, los padres de Sam estaban en la pasteleria, el alcalde daba su paseo matutino... Sam estaba mirando al cielo, esperando a su chica.
-¡Hola! -grito Keily.
-Ah, ¡Hola! ¿Que tal?
-Mal, me tengo que marchar del pueblo.
-¿Porque?
-Lumina me ha dicho que mañana el enemigo vendra a por mi, asi que tengo que marcharme.
-¿Tu sola? ¡No lo permitire!
-No, ire con Lily. Y no te preocupes por mi, Lumina ha dicho que si tengo algun problema haga uso de la magia.
-Si tu lo dices... ¿Durante cuanto tiempo estaras fuera?
-No lo se.
-¿Tienes que irte ya?
-Si...
Se miraron durante un momento, se dieron un fuerte abrazo y Keily se fue a su casa,triste.

viernes, 21 de mayo de 2010

Lo siento- Capitulo44

Keily obedecio al arbol y llego al pueblo, que estaba vacio. Todas las casas tenian las luces encendidas, en epocas de invierno, las familias se reunian y contaban los acontecimientos del año. Keily penso y decidio ir a casa de Sam y pedirle perdon personalmente. Llamo a la puerta, espero unos minutos, despues, volvio a llamar.
-¡Esta abierto! -grito el señor Flowerpot, el padre de Sam.
Keily entro, toda la familia Flowerpot estaba sentada alrededor de una mesa, Sam, su padre, su madre, su abuelo, su abuela, su tía... ¡Lily y Lumina! Lily y Lumina tambien estaban alli.
-¡Hola! -saludo Lumina-, Keily, ¿No estabas en el bosque?
-¿Como lo sabes?
-¡Intuicion de hada!
Sam miraba a Keily con desprecio, como si fuera un bicho raro.
-¿Pu...Puedo hablar con Sam? -tartamudeo Keily destrozada.
-Si, claro -dijo Sam levantandose de golpe-, ¡Vamos a mi cuarto!
Recorrieron la gran casa, sin decir ni una palabra, subieron unas escaleras, luego otras, al fin, llegaron a la habitacion de Sam, que estaba muy ordenada no como de costumbre.
-Lo siento -solto Keily mirando al suelo.
-¿Lo sientes? ¿¡ESO ES TODO?! -dijo Sam alzando la voz.
-Perdon, lo siento, te lo ruego, perdoname, porfavor ¿Te vale con eso?
-No, una simple palabra no hara que este todo arreglado, Keily.
-Pero yo... Yo... Creo que... -tartamudeo-Te quiero.
Sam se quedo pasmado, como si de repente el mundo se hubiera parado, miro a Keily, abrio mucho los ojos. No era propio de ella decirle que le queria, normalmente era el quien tomaba la iniciativa, ella era discreta.
-¿En serio lo dices?
-¡Oh, Sam! -grito ella desesperada-, ¡Desde el primer dia que te vi! Solo que entonces te queria como amigo, pero cuando me di cuenta de que tu... Yo...
-Si, si, te entiendo, es suficiente -y se lanzo a abrazarla.
Todo volvia a ser como era antes, Keily y Sam estaban destinados a estar juntos, y aun por unos dias se "dejaran" sus corazones siempre estarian juntos.

Sauce y sus consejos-Capitulo43

Tras la pelea, Keily habia acabado llorando y Lily, Sam y Lumina se habian ido al pueblo. Se habia quedado sola ¿Que podia hacer? ¿Volver al pueblo y pedir disculpas? Lamentablemente, no opto por esa opcion, siguio el camino y acabo en los Bosques Altos, que tambien estaban nevados. Queria encontrar a su amigo el sauce y contarle lo ocurrido, pero con toda la nieve que habia era dificil diferenciar los arboles. Los miro, uno a uno, unos eran mas pequeños, otros mas grandes... Pero su sauce tenia un rasgo muy visible, una marca en la corteza, dos angulos paralelos. Al final, encontro un arbol con esa misma marca "¡Bingo!" penso. Se acerco y dijo:
-Sauce, ¿Eres tu?
"Saludos, Keily" oyo la voz del arbol, era el, estaba claro "¿Que haces por aqui con esta nieve? Deberias de estar en el pueblo"
-Lo se, sauce -dijo acariciandole una de las ramas-, pero me han pasado muchas desgracias -y le conto todo.
"No hay mejor cura que el perdon, vuelve, Keily"
-Ahora no puedo -contesto Keily a punto de llorar-, todo es demasiado duro para mi, ahora que he perdido a Sam...
"No se puede perder algo que ya tienes"
-Yo no tengo a Sam, lo deje yo misma, y ya lo echo de menos ¡Y me arrepiento!
"Porque no, en vez de decirmelo a mi, ¿Se lo dices a el?"
-Me resulta imposible, dejame quedarme aqui, ¡Porfavor!
"Te moriras del frio, es tu oportunidad de volver al pueblo, pronto se hara de noche y te sera imposible volver"
-Esta bien... -suspiro Keily y, de nuevo, acaricio el tronco del arbol-, ¡Adios, sauce! ¡Y gracias por tus sabios consejos!
"De nada, es un placer".

Un pequeño paseo-Capitulo 42

Desde que Keily había "dejado" a Sam no se habían vuelto a ver. Keily estaría ocupada ese día, aunque los niños y sus amigos jugaban en la calle (pues ya había caído la primera nevada de invierno) Keily no había salido, porque tenia una excursión planeada con Lily.
-Te llevare a un lugar precioso -le había dicho esta.
Hacia frió, muy abrigadas, salieron.
-¿Vamos a la pastelería de Marta? -pregunto Lily a Keily.
-No, correría el riesgo de encontrarme con Sam.
-No te entiendo.
-De jalo, ve tu, te espero en la plaza.
Keily salio corriendo hacia la plaza, saludo a sus amigos, Vainilla parecía pensativa, agarro a Keily de la mano y la arrastro hasta una esquina donde nadie pudiera escucharlas.
-¿Que le has hecho a Sam? -susurro.
-¿Yo? -pregunto Keily confusa.
-Si, tu.
-Nada de nada.
-¿Como que no? ¡Lo has dejado! ¿Tu sabes el daño que le has hecho?
-El me hizo mas daño aun estos días.
-Como quieras, pero te has comportado fatal.
Al fin, Vainilla dejo que Keily se fuera. Lily la estaba esperando.
-¡Has tardado mucho! -le reprocho a Keily.
-Lo siento, no volverá a ocurrir. ¿Estaba Sam en la tienda?
-No, les he preguntado a sus padres y me han dicho que ha salido del pueblo.
-¡Oh! -exclamo Keily-, ¡Entonces tenemos riesgo de encontrárnoslo ahora!
-Vamos tontorrona, no perdamos el tiempo.
Bordearon el pub y bajaron un camino de piedra que conducía a un campo, caminaron por el campo cubierto de nieve, después, cruzaron un bosquecillo de abetos y rodearon un lago congelado. El valle estaba precioso nevado. Keily iba a lo suyo cuando choco con algo, cayó al suelo y gimió por el frió.
-¡PERO QUIEN ES EL ESTÚPIDO QUE HA...! -se callo cuando vio que el estúpido que la había empujado había sido Sam-, no podía ser de otra persona -soltó.
-¡MIRA POR DONDE VAS! -grito el.
-Chicos, parad, no hay razón para pelearse -intentaba calmarlos Lily, pero era imposible, eran como dos fieras.

sábado, 15 de mayo de 2010

¡Te dejo!-Capitulo41

Era un domingo tranquilo, Keily y Lily se habían despertado para desayunar, todo fue tranquilo hasta que Keily... Se vistio y salio de casa muy enfadada, en dirección a la casa de Sam, Lumina la siguió confusa. El señor Flowerpot abrio a Keily.
-Buenos días Keily, ¿En que puedo ayudarte?
-¿Puedo ver a Sam? -dijo, seca.
-Si, pasa, esta en su habitación.
El señor Jack llevo a Keily hasta la habitación y ella, dándole las gracias, entro.
-¡Te dejo! -dijo nada mas entrar.
-¿Como?
-¡Te dejo!
-No te entiendo.
-Ya no quiero ser tu novia.
-¿Porque?
-Has cambiado mucho, ya no me gustas.
-Oh, lo que me faltaba... -dijo irónicamente Sam-, ¡Estas muy loca, Keily, vete de mi casa!
-¡¡TE ODIO!! -grito Keily y salio dando un portazo.
Lumina miro a Keily, luego a Sam y movió la cabeza de lado a lado ¿Porque Keily había actuado de esa manera?

martes, 11 de mayo de 2010

Presentaciones-Capitulo 39

Ya era sábado, Keily penso en ir a la plaza para que los niños pudieran conocer a Lila. Cuando salian de la casa, Keily le dijo a Lila:
-¿Te puedo llamar Lily? Es que suena mejor.
-Si, tienes razón.
Y se fueron caminando lentamente a la plaza, no tenian muchas ganas de ir. Lumina las seguia por detras, a ella no le habia parecido muy buena idea acoger a Lila en casa. Después de todo, era huérfana, pero Keily había sido muy amable con ella y Lila no causaba ningun problema.
En cuanto Keily diviso a sus amigos, y los saludo.
-Bueno chicos -empezo a presentar Keily-, esta es Lily. Lily, te presento a Vainilla, Gardenia, Lea, Alhelí, Orchid y Cliff.
-Encantada -dijo Lila (apodada Lily) dando la mano a todos.
Estuvieron hablando y jugando un rato y, despues, cada uno se fue a su casa. Lily se sento en el borde de la cama.
-Tus amigos son muy simpaticos -le dijo a Keily.
-Si que lo son... Y ademas...
Pero algo la interrumpio, una piedra golpeo la ventana de Keily, era la señal de que venia Sam.
Corrio abajo dejando a Lily sola y confusa. En efecto, era Sam.
-Hola. -le dijo a Keily con las manos en los bolsillos.
-Hola. -le contesto Keily igual de seca.
Subieron a su habitacion.
-Sam, esta es Lily, Lily, este es Sam, es mi... -se lo penso-, es mi amigo.
-Encantada -dijo Lily acercandose a Sam.
-¿Nos dejas solos? -le pregunto Sam.
-Si, si, me voy...
Por fin, en la habitacion solo estaban Sam y Keily.
-¿Porque le has dicho que solo soy tu amigo? Pense que era algo mas.
-Y lo eres... -suspiro Keily-, pero me ha dado verguenza decirselo.
-Ah... Bueno, estas perdonada.
-¿Deberia de estarlo?
-Si, esas cosas no se hacen, ahora le tendras que decir que le has mentido.
-¿Porque?
-Porque llegara un dia que se entere sin que nadie le diga nada.
-¿Porque?
-Porque tu y yo... En fin, no nos comportamos como amigos ¿O si?
-No, no mucho.
-Entonces.

Amigas para siempre-Capitulo38

La niña huérfana que decía llamarse Lila era un poco extra vagante, después de ducharse, sin embargo. Tenia un aire mas familiar, el pelo se le había alisado un poco, y parecía mas rojo que antes. Keily le dejo su ropa y entonces, no se noto que era huérfana. Entraron en el cuarto de Keily. Donde había dos camas.
-Tu dormirás en esa -le dijo Keily señalando una cama.
-¿No prefieres que duerma en otra habitación?
-No, no me importa. Además, aun no he tenido tiempo de conocerte ¿Cuantos años tienes?
-Doce.
-Ah, yo acabo de cumplir trece.
Se sentaron y charlaron tranquila mente.
-Mi historia es bastante trágica -seguía contando-, una familia me mantuvo hasta que me hice lo suficiente mayor como para valerme de mi sola. Así que, tome como trabajo ser vendedora ambulante.
-Pues si que es trágica... ¿Posees algún poder?
-Si, si.
-¿Y no puedes hacer con el comida?
-No, yo... No se como.
-¿Entonces, como sabes que tienes poderes?
-Solo se volar, nada mas.
-Ah, ¿Quieres que seamos amigas?
-Si, amigas para siempre.
Y así, sin hacer ningún pacto, ni si quiera hablarlo, se hicieron inseparables, solo fue cuestión de días.

Una visita inesperada-Capitulo 37

La tarde paso tranquila, Keily estudio mucho y Lumina la miro. Hasta que... Sonó la puerta "¿Quien sera?" pensó Keily. Bajo y abrió, una niña bastante sucia, con el pelo anaranjado y muy revuelto, la saludaba.
-Buenos días -le dijo.
-Hola... Perdona pero... ¿Quien eres? -le pregunto Keily.
-¡Oh! Me presento, soy Lila, soy... Huérfana.
-¿Huérfana?
-Si, cuando nací me abandonaron, así que, desde muy pequeña, voy de pueblo en pueblo intentando ganarme la vida vendiendo baratijas. -la niña saco de una gran bolsa que llevaba consigo jarrones, pulseras, collares, sortijas, platos muy raros, pinzas para el pelo... -¿Te interesaría algo?
-Pues... -Keily miro todos los objetos uno a uno-, la verdad es que no necesito ninguna de estas cosas, pero, pasa, te preparare un te.
-Hace días que no como.
-En ese caso, te pondré unas galletas.
-Oh, muchísimas gracias.
Se sentaron en la cocina y Keily saco unas galletas caseras y un vaso de leche.
-Y... ¿Nadie te ha dado hogar?
-No, ¿Quien querría dar hogar a una huérfana sucia como yo?
-No digas eso... Yo... Bueno, mi casa es bastante grande... Igual... Podría dejarte que te quedaras aquí una temporada. Además, tienes que darte un buen baño.
-Si, es verdad... ¡Muchísimas gracias!

De vuelta-Capitulo36

Los dias en el arbol eran igual de dulces y perezosos, el arbol acunaba a Keily contandole historias o cantandole una nana. O a veces, los animales rodeaban a Keily y la miraban con curiosidad, se alimentaba de los frutos que daba el arbol y no le parecia mal vivir alli... Pero, un dia...
-Nos vamos -le dijo Keily a Lumina.
-¿A donde?
-Al pueblo.
-¿No querias quedarte?
-Bueno, si... Pero, debo disculparme con Sam y ya es hora de volver.
-Bien, como tu digas.
Se despidieron del arbol y le dijeron que volverian a visitarlo. Se encaminaron por un sendero para ir al pueblo y, al fin, llegaron. Encontraron a Sam sentado en la plaza, solo y con una cara muy triste. Cuando vio a Keily, abrio mucho los ojos. Pero los volvio a bajar.
-Sam... Lo siento mucho. -le dijo Keily sentandose junto a el-, te trate fatal, y ya a pasado una semana...
-Pense que me habias abandonado. -dijo el enfadado.
-No, no, yo nunca te abandonaria.
-Ahora mismo no quiero hablar contigo -dijo y, se levanto.
-Vale, te entiendo -le dijo Keily.
Y, los dos, tomaron su camino, Keily llego a su casa. No estaba muy limpia, se puso comoda y limpio un poco, despues, cogio un libro de ciencias y se puso a estudiar.

sábado, 8 de mayo de 2010

El escondite-Capitulo35

Keily se puso a caminar, mirando todos los arboles, hasta que... Se paro delante de uno gigante, alto y frondoso, con un tronco muy grueso.
-Hola -dijo Keily mirando al árbol.
"Hola, cuanto tiempo sin verte ¿Necesitas algo?" le pregunto el árbol.
-He venido con dos amigos, ¿Nos podrías hacer sitio en tus ramas?
"Claro" contesto el árbol agarrando a Nubecita, Lumina y Keily con unas ramas y depositando los en sus ramas.
-Gracias -le dijo Keily.
-¿Este era tu escondite? No es tan bueno, te verán en seguida.
Entonces, el árbol oculto su interior con hojas. Y ya no se veía nada.
-Oh... -suspiro Lumina-, es un escondite acogedor ¿Cuanto tiempo piensas estar aqui?
-Lo que haga falta, este árbol es mágico, da todo tipo de frutos, no tendré problemas. Tu puedes irte, si quieres.
-¡De eso nada! Me quedare contigo.

Un lugar perfecto para esconderse-Capitulo 34

El dia paso muy lento, aburrido, perezoso... Por la noche, Sam volvio a su casa. Y Keily, en vez de dormir, se vistio, Lumina la ovserbaba perpleja.
-¿Que haces?
-Si no me puedo ir del pueblo, me ire a las afueras.
-Alli estaras en peligro.
-No, conozco un buen escondite en los Bosques Altos.
-¿Cual? ¿Puedo ir contigo?
-Sera mejor que no vengas.
-¡Ire! -exclamo Lumina-, ¡No puedo dejarte sola, no me fio de ti!
-Bien, pues ven. Me da lo mismo. Voy a ir con Nubecita.
Salieron y se montaron en Nube.
-¡A los Bosques Altos! -grito Keily, y Nubecita emprendio el vuelo.
Sam estaba mirando por la ventana cuando vio a Keily volar sobre Nubecita.
-¡¡SE VA A FUGAR!! -grito enfadado-, ¡¡TENGO QUE IR A BUSCARLA!!
Salio corriendo de la casa sin que nadie lo viera y se acerco al establo de su familia, donde estaba ese Pegaso negro que no le dejaban tocar, se monto y grito
-¡¡SIGUE A KEILY!!
El caballo se puso a volar, haciendo piruetas y dando volteretas en el aire, estaban a unos metros de Nubecita. Keily se habia dado cuenta y estaba intentando despistar al otro caballo, al fin, Keily llego la primera a los Bosques Altos y aterrizo. Despues, Sam, con su caballo negro.
-¿¡PERO QUE HACES?! -grito Sam enfurecido.
-Nada, dejame en paz.
Y empezo a andar como si nada, seguida de Nubecita y Lumina.
-NO TE VAYAS, VUELVE.
-No quiero, y si te preocupa que me vaya a fugar, no lo hare.
-¿Y entonces que haces?
-Voy a esconderme.
-¿Donde?
-Vuelve al pueblo, Sam. Si tus padres se enteran de que has salido y encima con el caballo de la familia, te castigaran de por vida.
-Eso no me importa mientras este contigo.
-Pues a mi me estas resultando un estorbo.
-¿Por que eres tan cruel?
-Vuelve por tu bien, Sam. -dijo Keily volviendose y mirandolo desafiante.
-Controlate, Keily, el no te ha hecho nada -le dijo Lumina a Keily.
Una lagrima bajo por el rostro de Sam.
-Esta bien, me ire -dijo montandose en su caballo.
Keily miro como Sam se alejaba en el cielo en direccion al pueblo.

jueves, 6 de mayo de 2010

Encerrada en casa-Capitulo33

Sam se habia quedado a dormir en casa de Keily, cada uno en una cama. Habian leido juntos y tambien habian intentado hacer algunos hechizos. Era lunes, aun asi, los niños no iban a la escuela, estaba totalmente destrozada, el combate de la noche anterior habia sido destructivo. Tenian que reformar la escuela y algunas casas. Keily pensaba quedarse en su casa unos dias, sin salir. A Sam no le parecia bien, pero no podia hacer nada, asi que salio para traerle unos pasteles a Keily. Mientras, Keily conversaba con Lumina.
-Lumina, tengo que marcharme del pueblo.
-No puedes, el alcalde no te dejaria.
-Me fugare, mañana si hace falta
-No digas eso.
-Me ire con Nubecita, el me llevara donde yo quiera.
-¿Y nos dejaras a Sam y a mi solos?
-No, vosotros vendreis conmigo.
-Yo no ire.
-Pues me ire yo sola.
Y así, discutiendo, pasaron la mañana, hasta que Sam llego con el desyuno (aunque ya era la hora de comer)
-Hola -le dijo a Keily- te he traido buñuelos de chocolate, tarta de manzana y chocolate caliente.
-¡Delicioso! Oye Sam... Mañana, quiero... Fugarme.
-¿FUGARTE? -exclamo el impresionado.
-Si, fugarme, y queria preguntarte si tu vendras conmigo.
-No, no, no puedo... -tartamudeo-, y tu tampoco. Te tienes que quedar aqui, ¡No puedes irte, debes luchar contra el Enemigo! Ademas, vayas donde vayas te encontraria.
-Menos en un lugar... -susurro Keily.
-¿Cual?
-Mi ciudad, alli no podria. Me ire hasta que todo haya pasado.
-No puedes irte, ¿Que te diran tus padres? No podras llevar a Nubecita a la ciudad.
-Te dejare a Nubecita.
-No hara falta, ¡Por que no te vas a ir!

Primer ataque-Capitulo32

El pueblo estaba siendo asediado, magos y brujas luchaban contra las bestias, un hombre sentado en un caballo negro dirigía al ejercito de ratas gigantes, leones el triple de grandes e incluso arañas de cinco metros que expulsa van en todas direcciones un veneno morado. Keily se tapo la boca con una mano, asustada. Había llegado a la plaza, todos estaban luchando, incluso Sam, que hacia pequeños hechizos que no servían de nada.
Keily llamo la atención de todos, incluso el enemigo paro de luchar, de repente todos la miraban.
-¿Que queréis de este pueblo? -pregunto Keily al señor que estaba sentado en el caballo.
-No quiero nada de este pueblo repugnante, ¡Mi amo quiere El Poder del Equilibrio! ¡Y lo conseguiré!
-El Poder del Equilibrio no se encuentra aquí. -engaño Keily astutamente al Enemigo.
-¡Ja ja ja, cría ingenua! TU ERES EL PODER DEL EQUILIBRIO -grito orgulloso-, me parece increíble que no sientas vergüenza ¡Estas condenando a tu pueblo, he venido aquí por ti, no por nada de el pueblo, por tu culpa este pueblo sera destruido!
El ejercito entero se marcho, cada uno por un camino, algunos por los Bosques, otros por los acantilados...
Keily se arrodillo en el suelo, y empezó a llorar, desesperada... Gritaba furiosa.
-¡¡¡PORQUE A MI!!!
El pueblo entero la rodeo. Se levanto.
-Debo marcharme -dijo entre sollozos-, os estoy condenando, es cierto. Debo irme.
-No, no -dijo el alcalde muy decidido-, aquí estas segura, un par de asedios no nos harán nada. No dejaremos que te rapten, querida. Si te vas te cogerán en seguida. No puedes irte.
-¡Debo irme! -grito enfadada-, ¡Debo sacrificarme! ¡El Enemigo me raptara de todas formas!
Sam se acerco, pero Keily levanto una mano y, sacudió al pobre chico en el aire hasta dejarlo en el suelo, casi sangrando.
-¡No os acerquéis! -grito Keily alejándose-, o si no os pasara lo que a Sam.
Lumina se acerco a Sam y, con rozarle un poco el brazo, le curo las heridas.
-Sam, ven conmigo, ven a casa.
-No quiero -dijo el triste-, la odio. Me ha hecho daño, esta loca.
-No digas eso, esta enfadada, si tu estuvieras en su lugar...
Al final, Lumina convenció a Sam para que fuera a hablar con Keily, entraron en la casa, Keily estaba en su habitación, tumbada en la cama, triste y enfadada.
-¡¡¡SAM!!! -grito furiosa en cuanto le vio-, ¿NO TE HE DADO UNA BUENA LECCIÓN, QUIERES MAS?
-No quiere hacerte daño -le tranquilizo Lumina a Keily-sabemos que tu situación es difícil. Pero Sam no tiene nada que ver, solo quiere hablar contigo. Os dejo solos.
Lumina salio de la habitación. Sam se acerco con cuidado, como si fuera una bestia con lo que iba a hablar.
-Tranquilo -le dijo Keily, fingiendo una sonrisa-, no te voy ha hacer nada.
-Vale. -dijo el sentándose junto a ella y abrazándola-, lo siento mucho...
-Te quiero Sam -le dijo Keily-, yo soy la que lo siente.

En los Bosques Altos-Capitulo 31

Llego a los Bosques. Ese dia estaban humedos, incomodos... Miro a su alrededor, no habia ni un ruido, ni un pajarito cantando, ni un solo conejito que cruzara el bosque en busca de comida, ni un limaco que saliera a disfrutar de la lluvia... Nada. Se sentia sola en el bosque, como si todos los animales lo hubieran abandonado. Y tambien se sentia muy pequeña alli, como una niña indefensa, perdida... ¿Que podia hacer? Trepo por un arbol muy frondoso, un sauce, con suerte, el tronco estaba seco. Se sento en las ramas. "Descansa" oyo una voz.
-¿Qui-quien eres? -dijo asustada.
"El sauce en el que estas sentada, yo te protegere, el enemigo te busca, te tapare con mis hojas y ramas"
-Gra-gracias...
Se tumbo, el sauce era suave, como una cuna y sus hojas hacian un ruido muy agradable al moverse, como una nana... En seguida se durmio. No supo cuantas horas pasaron, ni tampoco dobde estaba, cuando se desperto, seguia en el arbol...
"Ya te has despertado" le dijo el arbol "Un ejercito de bestias ha pasado por aqui, iban en direccion al pueblo, te buscan, corre al pueblo, corre ¡Rapido!"
Keily se bajo del arbol de un salto y salio corriendo por un atajo que llevaba al pueblo ¿Que estaba pasando?

F.M-Capitulo30

Pasaron unos días desde el cumpleaños de Keily, ya era sábado, un sábado normal, tranquilo. Las abuelas del pueblo salían a comprar hilos para tejer bufandas para el invierno, las madres salían a comprar el pan o algunas lo hacían en su casa. Los padres se reunían en el pub para charlar y tomarse unas cervezas. Y los niños, juguetones y divertidos, estaban en la plaza jugando. Incluida Keily. Era un sábado de esos a los que Keily llamaría "perfecto". Lo fue hasta que un gran nubarrón cubrió el valle, y, en menos de un minuto,empezó a llover. Lo que paso es que, las abuelas fueron con sus hilos, corriendo a casa. Las madres que habían salido a comprar el pan decidieron hacerlo ellas, los hombres del pub también se fueron a sus casas y... Los niños, adivinad, seguían jugando bajo la lluvia, hasta que las madres empezaron a llamar. Que era lo que solía ocurrir los sábados. Keily corrió a casa. Se refugio en su habitación y, saco el libro antiguo que había encontrado de debajo de su cama. Lo abrió, y, pensando que las palabras estarían ilegibles como la ultima vez, se encontró con miles de notas escritas con tinta muy negra, casi húmeda.
-¿Quien habrá escrito aquí? No recuerdo haber sacado el libro de debajo de la cama.
Leyó algunas notas "Ve a los Bosques Altos, ¡Rápido! Para el bien de tu vida..." tenia miedo, alguien le estaba escribiendo y le decía que fuera rápidamente a los Bosques Altos, o si no moriría. ¿Que clase de broma era esa? La misteriosa persona que había escrito eso firmaba siempre igual, F.M, iniciales, nada mas ni nada menos. No conocía nadie con esas iniciales. ¿Que debía hacer? Una parte de su cerebro le decía que se escondiera en los Bosques Altos, y la otra le decía que se quedara en casa. Guardo el libro de nuevo, se puso sus botas, su gabardina y salio. Seguía lloviendo, y la lluvia parecía que iba a convertirse en tormenta. Pero algo la atraía hacia los Bosques Altos...

Por fin empieza el cumpleaños-Capitulo 29

La gente empezó a llegar, uno a uno, se unieron. Se juntaron, hablaron, charlaron, hasta que al final, la señora Marta y el señor Jack, padres de Sam, empezaron a traer los dulces mas exquisitos de su tienda, incluida una gran tarta con trece velas. El cumpleaños fue maravilloso, e hizo olvidar a Keily todos los malos pensamientos que se le habían pasado por la cabeza ese día. Ya eran las diez, todos se fueron, uno a uno, como habían llegado, a su casa. Solo quedo Keily en la plaza, y como había llegado, también se fue. Lumina había asistido a la fiesta también, y estaba extra contenta.
-¡Que maravillosa fiesta!
-Si, pero me siento cansada... -suspiraba Keily.
-Te entiendo, después de una fiesta así, repetirla seria una tortura.
-Cierto. Los ciudadanos se tomaron muchas molestias, incluso Sam, no se puso ese típico pantalón raído y jersey roto que se suele poner.
-Si, me he fijado.
-¿Tenemos clase de hechizos?
-Lo siento mucho tesoro, pero hoy si toca clase.
-Puff... Estoy agotada.
Llegaron a casa, bajaron al sótano, cogieron algunos libros de hechizos y subieron a la habitación para ver si podían aprender algo.
-Bien, -empezó Lumina-, aprenderemos el hechizo de camuflaje. Es dificil tendras que concentrarte, intenta lo, camufla te en la cama.
-¿Como? -dijo Keily bostezando.
-Vaya, esta mas cansada de lo que creía -dijo Lumina para sus adentros-, Lo dejaremos para mañana, te veo muy cansada... Duerme, cariño.
-Si... -dijo acostándose.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Antes del cumpleaños-Capitulo28

El día transcurrió normal, la mañana, el colegio, la hora de comer... Hasta que, si, llego la tarde, el cumpleaños de Keily. Keily fue la primera en llegar a la plaza, estaba especialmente decorada, los arboles estaban decorados con serpentinas, había mesas y sillas, incluso un pequeño escenario improvisado "¿Para que sera?" pensó Keily, se sentó en un banco que estaba junto a un árbol frondosísimo, el árbol que coronaba la plaza. Un árbol con muchas hojas, daba una sombra especial, un lugar armonioso. Se quedo sentada mirando a su alrededor... Pensó... Había dejado su mundo para ir a uno nuevo, un lugar perfecto, ese pueblo con el que todos soñamos. Cada vez recordaba menos a sus padres, a medida que crecía, sus rostros, esos abrazos que le daban, se iban borrando... Se sentía mal, ¿Porque ya no le importaba nada? ¿Que harían sus padres? La estarían buscando desesperada mente, sin perder esperanza. Hasta que no la encontraran no pararían. Pero el silencio y esos pensamientos desaparecieron de repente, pues había llegado Sam.
-¿Que te pasa? -pregunto sentándose junto a ella y pasándole el brazo por el hombro.
-Nada...
-Te pasa algo, lo sé.
No termino de decir la frase, un gato se abalanzo sobre Keily, era Tigre, el pequeño gatito que Keily había adoptado en la casa de Sam.
-¡Tigre! -exclamo Keily estrechándolo-, ¿Donde estabas? ¿Tu también quieres celebrar mi cumpleaños?
Maullo.
-¡Eh, Tigre, ven aquí! -le dijo Sam, Tigre salto y se acurruco en el regazo de Sam.
-Le gustas -le dijo Keily-, no hace eso con todos. El otro día Vainilla vino a mi casa y Tigre no se dejo tocar.
-Lo lamento, porque es muy bonito y cualquiera querría acariciarlo. Pero me ha interrumpido, te preguntaba que te pasaba.
-Mira, Sam, a ti no puedo mentirte, vengo de, por así decirlo, el futuro. Vengo de una ciudad, mil millones de veces este pueblo, con coches...
-¿Coches? ¿Que es eso?
-¡Exacto! ¿Que es eso? Los coches para ti son cosas raras, cosas de fantasía, que solo hay en mi ciudad. A mi me pasa lo mismo con los Pegasos y los Dragones, en mi ciudad son fantasía.
-¿Fantasía?
-¡Si, en mi ciudad, nada es así! ¡Mis padres me estarán buscando, si les digo que he venido a un pueblo y he descubierto que soy bruja, me mandarían al psicólogo!
-Entiendo... Practica mente, vives en este mundo, pero vienes de otro mundo... Osea que, cuando llegaste, estarías maravillada, nada para ti seria normal.
-No, por eso, estaba pensando en mis padres ¡Me han perdido, les dolerá mucho!
-Debes ir a verlos. Mañana, Lumina te dirá como ir.
-Eso espero... Pero no se lo cuentes a nadie, ¿Vale? Me echarían...

Tarde de invitaciones-Capitulo 27

Ya era la tarde, hora de repartir las invitaciones por el pueblo, Keily se puso un poco elegante. Con un vestidito de felpa muy bonito, con colores azules celeste, morados violeta y rosas chicle combinados. Se puso sus zapatos de cuero y también un sombrero a flores. Quería causar buena impresión a sus vecinos, así que pidió a Lumina que la acompañara, por si acaso. Empezaron por la primera casa. La señora Roberta, la encargada de la tienda de Dragones y Pegasos vivía allí. Tocaron a la puerta.
-¿Quien es? -sonó la voz de la señora Roberta Flor de Lis.
-Buenas tardes, soy Keily.
La anciana señora abrió.
-Buenas tardes, ¿Que te trae por aquí?
-Mañana es mi cumpleaños, y me preguntaba si quería venir, aquí tiene la invitacion, sera en la plaza, una gran fiesta, os lo aseguro.
-Gracias, pasare por allí.
Se despidió y, llamo a la puerta de la siguiente casa, allí vivía Cliff, su hermana pequeña y sus padres.
-¿Quien es? -sonó también la voz de Cliff.
-¡Eh, Cliff! -exclamo esta vez Keily, menos educada, porque era su amigo-, ¡Soy Keily! ¡Abre!
-¿Que quiegues? -le pregunto su amigo.
-Venia a darte la invitacion de mi cumpleaños, es mañana, en la plaza.
-Igue -dijo-, si me dejan mis padges, les voy a pgeguntag, espega.
Después de un rato, volvió a la puerta.
-Dicen que podge ig, pego no podge quedagme hasta que tegmine, tengo tagueas.
-No importa, ¡Lo importante es que vengas! ¡Adiós!
También estuvo en la siguiente casa, y en la siguiente, y en la siguiente... Hasta que invito a todo el pueblo. Ya solo le faltaba una casa, la de Sam, la había dejado para lo ultimo porque quería quedarse un rato con el. Llamo a la puerta.
-Pasa -le dijo Sam sin ni si quiera preguntar quien era.
Keily paso.
-Hola, Sam, quería invitarte a mi cumpleaños, también a tus padres, es mañana, en la plaza.
Sam llamo a su madre.
-Mama, ¿Podemos ir al cumpleaños de Keily? Es mañana, en la plaza.
-Si, yo puedo ir, tu padre también, en fin... Iremos todos. Muchas gracias por invitarnos, Keily -dijo la señora mirando a Keily.
-De nada, señora Marta.
-Si te parece bien -siguió la señora Flowerpot-, puedo hacer yo la tarta. Soy toda una experta, dirijo la pastelería del pueblo, haré pasteles y delicias para tu fiesta.
-¡Oh, no se moleste! No hace falta, cocinare algo...
-No, cariño. Te debo mucho, ¡Me salvaste la vida! Yo haré la tarta, pasteles, dulces...
-Muchísimas gracias.
Y así, Keily ya tenia mas o menos listo su cumpleaños, solo faltaba una cosa... De la que se ocupo el alcalde, porque Keily, cuando salia de la casa de los Flowerpot, se acordó de que no le había invitado. El alcalde tenia mujer y una hija. Se acerco a su casa, una casa grande, imponente, un poco oscura... Daba miedo, toco a la puerta. El alcalde abrió.
-Buenas tardes, Keily, creo que solo te he visto una vez, el día que llegaste ¿Que tal estas en tu casa? ¿Te gusta?
-Si, señor alcalde, es una casa maravillosa. Pero venia por otra cosa.
-Di me.
-Mañana es mi cumpleaños, le invito a usted y a su familia y... Me preguntaba si la plaza estaría libre por la tarde para celebrarlo allí. Y... decorar la plaza, si no le importa.
-¿Quieres hacer una fiesta grande, verdad? No hay problema, eres una nueva ciudadana, también podría ser una fiesta de bienvenida, aunque ya llevas bastante tiempo aquí.
-Si, es buena idea ¡Muchas gracias alcalde! Ahora mismo iré a decorar la plaza.
-No, no, tu no. Mandare a hombres para que lo hagan, vete a descansar, mañana sera un gran día para ti.

¡Mañana es mi cumpleaños!-Capitulo 26

Era lunes, un duro lunes de colegio, Keily se había levantado mucho mas antes de lo normal. Lumina se rasco la cabeza confusa, Keily solía dar mil vueltas en la cama antes de levantarse y siempre llegaba tarde. Pero, no, ese día...
-¿Porque te levantas tan pronto? -pregunto al final Lumina.
-Pues... He quedado con Ice en la plaza, dice que quiere enseñarme algo.
-¿Enseñarte algo? Recuerda que por muy virtuosa que parezca siempre se esta metiendo en líos.
-Lo sé, lo sé... Me andaré con cuidado, tranquila.
Y así, se vistió, se peino, agarro su maletín y salio de su grande casa. Iba a salir de su habitación cuando... Retrocedio dos pasos y miro el calendario, se quedo pensativa, miro a Lumina, miro al calendario. Abrió mucho los ojos.
-¡Lumina! -grito entonces-, ¡No me acordaba! ¡Mañana es mi cumpleaños!
-¡No, no, no... No puede ser!
-¡Mañana cumplo 13!
-¡Te harás una mujer!
-No se trata de eso, Lumina... Quiero hacer una fiesta a lo grande. Voy a invitar a todos mis amigos, pero... ¿Hay algún hechizo para hacer invitaciones de cumpleaños?
-Me temo que no, cariño. Pero tu tranquila, vete al colegio, estudia. Yo me ocupare de eso, por la tarde repartirás las invitaciones casa a casa.
-¡Vale! ¡Gracias Lumina! -dijo Keily cerrando tras de si la puerta de la habitación.
Bajo las escaleras, salio y corrió a la plaza, su amiga la estaba esperando.
-¡Llegas tarde! -le reprocho.
-Lo siento, me he entretenido con... Con Lumina. ¿Que es eso que me querías enseñar?
Ice agarro su maletín bruscamente, lo abrió y, rebusco entre todas las cosas que tenia... Lapices rotos, lapices sin punta, cajitas de pinturas de colores, cuadernos quemados, cuadernos intactos, estuches de tela, gomas de borrar de todos los colores y formas, broches, pinta labios de fresa, papelitos con notitas, tiaras, diademas, anillos, pulseras, libros de historias, de matemáticas y de ciencias. Libros pequeñitos, libros grandotes, albumes de fotos y... Al fin, al fondo de todo, saco un pequeño álbum.
-¿Como te entran todas esas cosas en el maletín?
-No lo se, yo meto lo que me parece. Pero a lo que íbamos ¿Ves este álbum? ¡Son fotos, fotos antiguas! Lo encontré en el desván, hacia tiempo que no subía allí. Me encontré con algunos ratoncitos, eran simpáticos, tenían su madriguera allí y...
-¡Bueno, cuenta me lo del álbum!
-Me lo encontré entre todas las cosas que había allí y, tras ojearlo, observe una foto ¡Mira la tu también! -Ice ojeo el álbum y casi al final, le enseño una foto de una joven.
Era guapa, con una sonrisa hermosa y con un sombrerete antiguo.
-¿Y porque quieres enseñarme esta foto? -pregunto Keily.
-Tu mira lo que pone abajo.
-Club de las Rosas Marchitas... ¡Club de las Rosas Marchitas! -exclamo Keily-, ¿No ese se el club que visitasteis?
-En efecto y... Hemos pensado en enseñarle esta foto a la persona que nos pidió la clave secreta. Quizá sea un conocido, un antepasado... Todo nos servirá ¡Queremos entrar en ese club, parece tan misterioso!
-Si, es muy, pero que muy misterioso.

martes, 4 de mayo de 2010

Clave secreta-Capitulo 25

Keily se sento junto a sus amigos.
-¿Y que buscais? -les pregunto.
-Una clave secreta -le dijo Gardenia-, la necesitamos para entrar en el club.
-¿Que club?
-Te lo explicare mejor -le dijo Sam-, hace unos dias, la Banda se fue al bosque y encontraron una caseta que nunca habian visto en el bosque, llamaron a la puerta y, una voz, les dijo "Clave secreta" ellos no se la sabian, ovbiamente, e intentaron convencerle para que los dejara entrar, pero ese alguien les dijo "No puede entrar cualquier persona en el club Rosas Marchitas, buscad la clave en un lugar con muchos libros" Pensamos, un lugar con muchos libros, ¡La biblioteca! Y vinimos aqui. Le contamos la historia a la señorita Baprinstbook y le dijimos que no se la contara a nadie y, ella nos dijo que para claves secretas podiamos buscar en la seccion "Misterios del valle" y asi lo hicimos. Pero no encontramos nada.
-Lo lamento, os ayudo a buscar -dijo Keily sentandose y cogiendo un libro al azar.
Estuvieron toda la tarde buscando, pero, nada. Los mas pequeños se fueron en seguida, aburridos. Los mayores se quedaron mucho más, eran las nueve y, Sam, Cliff, Keily, Vainilla, Ice y Alheli seguian buscando.
-¡Dimito! -exclamo Ice.
-¡Igualmente! -le hizo coro Vainilla.
-¡Me abuggo! -grito Cliff.
-¡Odio los libros! -grito tambien Alhelí.
-No aguanto más -suspiro Sam.
-Vamonos -dijo al fin Keily.
Y todos, se fueron, cada uno a su casa, menos Sam, que acompaño a Keily a casa.
-¿Nos vemos mañana? -le pregunto.
-¿Mañana que es?
-Domingo.
-¡Oh, claro! -exclamo ella-, iremos por la mañana a la plaza.
-Bien, ¡Hasta mañana! -le dio un beso en la mejilla.
A Keily le encantaba, se sentia tan feliz con el. Subio las escaleras hasta su cuarto y Lumina salio de la gabardina.
-¡Keily! -exclamo ella, entusiasmada.
-¿Que pasa?
-¡Tu primer beso!
-No es mi primer beso y, ademas, ha sido en la mejilla.
-¿No es el primero?
-¡Que va! Sam me da uno todos los dias, cuando nos despedimos.
-¿Y como te sientes?
-Bien... -suspiro Keily tirandose a la cama.
-¿Es un chico estupendo no crees? Tienes mucha suerte...
-Si que lo es y, si, tengo mucha suerte de tenerle y de tenerte a ti tambien.
-Oh, cuanto me alegro -dijo Lumina haciendo un hueco en el largo pelo rubio de Keily-, ¿Te gusta Roseville o prefieres la ciudad?
-Prefiero Roseville.
-¿Quieres cenar, cariño?
-Si.
-¡Bien, pues baja, yo hare la cena hoy! Te noto cansada...
-Lo estoy.
-Ah, vale.

En la biblioteca-Capitulo24

Keily habia llevado el libro a su casa y, en vez de estudiar, lo habia leido con paciencia. Algunos textos eran ilegibles, otros, se podian leer pero tenian una caligrafia extraña y dificil de entender. Keily solo había podido entender algunas palabras "La creacion...Enemigo...Destruccion...Luz" Todo tenia un poco que ver con lo que le habia explicado Lumina sobre el antiguo Enemigo, el Poder del Equilibrio, la destruccion y la luz... Seguramente era un libro hecho por un historiador sobre la region. Guardo el libro bajo su cama, no queria que Lumina lo viera, pues lo podria confiscar, porque Lumina tambien dijo a Keily que habia libros muy peligrosos, con mitos horribles, mentiras, magia negra... Y quiza ese libro fuera de esos "prohibidos". Pero Keily queria investigar, asi que leyo el titulo del libro "Creacion de un mundo sin luz" penso en buscarlo en la biblioteca, quizá habia otra copia pasada a limpio. Se puso una gabardina, habia empezado a llover, llamo a Lumina y, Lumina, que queria ir con ella, se refugio en su bolsillo.
La biblioteca era un establecimiento antiguo, muchos siglos antes, habia sido el ayuntamiento del pueblo, pero ahora, era el lugar en que mayores y jovenes se reunian para leer libros e incluso cuadernos de viaje de famosos magos y brujas. Llego a la biblioteca, era un lugar tranquilo, un mostrador y, detras de el, una vieja señora medio dormida, era la señora Baprinstbook , la bibliotecaria. Después, habia grandes estanterias con muchos libros y tambien secciones: Jardineria y botanica, Hechizos, Arboles del valle, Cocina Tradicional y exotica, Fabulas y... ¡Bingo! ¡Historias del valle! Keily se adentro en un pasillito que cada vez se iba haciendo más estrecho "¿Donde estan los libros?" penso, estaba entre dos paredes, iba bajando y bajando... Se encontro delante de una puertecita, muy pequeña, en la que habia un cartelito colgado "Historias del valle" ponia en el. Entro en la habitacion, tenia un escritorio, en el había un tintero y las plumas mas bonitas que se pudieran imaginar, una pluma estaba aun con tinta humeda, y, en un papelito, habia escrito algo, se acerco. En el papel ponia "Para la srta. Baprinstbook" era una carta para la bibliotecaria. Después del escritorio y entre paredes de piedra, estaban grandes estanterias con libros gordos y viejos. Empezo a buscar, habia miles "Valle sin Luz, El valle encuentra la Luz, El Poder encuentra la Oscuridad, El señor de la Luz, El valle y el Poder, El poder del Equilibrio y la Luz, Valles oscuros, Valle perdido, Valle escondido, Mira el valle, Cuida el valle y... ¡Creacion de un mundo sin luz!" Keily estaba desconcertada, ¿Porque casi todos los libros tenian que ver con la luz? Abrio el libro pero... Desgraciadamente, las paginas estaban vacias, paginas amarillentas repletas de polvo, pero ni una palabra, nada. Decepcionada, volvio sobre sus pasos para irse de alli, recorrio el pasillito y llego de nuevo al mostrador, la señora estaba esta vez despierta, hojeando unos papeles.
-¿Puedo ayudarte en algo? -pregunto a Keily sin ni si quiera mirarla.
-No, no, gracias... Bueno, si ha visto a mis amigos entrar, me seria de gran ayuda...
-Si, se han ido a la seccion de "Misterios del valle" cinco secciones mas alante y a la derecha.
-Muchas gracias.
Se encamino, ¡Cuantas secciones! ¡Le parecia recorrer kilometros! Por fin, llego a la seccion "Misterios del valle" sus amigos estaban sentados leyendo libros, muy concentrados.
-¡Hola! -saludo Keily.
Sam estaba mirandola, estaba empapada, la pobre.
-Perdonad el retraso, estaba mirando la seccion... Quiero decir, estaba estudiando la leccion y se me paso el tiempo volando.
-Claro... -le dijo Ice sin hacerle caso, concentrada en la lectura.

lunes, 3 de mayo de 2010

Dulces tentaciones-Capitulo23

Era sábado, la semana había pasado muy normal, las clases no eran tan "mágicas" y Keily estaba estudiando en su habitación. Entonces, una piedrecilla golpeo su ventana, era Sam, se vistió y se peino.
-Hola -la saludo- te invito a unas rosquillas, mi madre las ha hecho para ti.
-¿Para mi?
-Si, para agradecerte que la curaras.
-Oh, no hacia falta...
Sam le paso el brazo por un hombro, y, juntos, se fueron a la tienda de Las Delicias. La señora Marta invito a Keily a sentarse y le sirvió una bandeja con humeántes rosquillas recién hechas.
-Muchísimas gracias, señora Flowerpot -y, tras probar una, añadió-, ¡Deliciosas!
-Claro, por eso esta tienda se llama, pastelería de Las Delicias.
-Debe de llevar muchos años en esta tienda, ¿Cierto?
-Oh, si, pero la idea fue del padre de Sam, que era y sigue siendo un goloso.
Keily rió. En seguida se las zampo y por fin ella y Sam pudieron salir.
-Que día tan precioso hace, ¿Verdad? -pregunto Sam.
-Y que lo digas -dijo Keily.
-¿Que vas ha hacer tu? ¿Quieres venir a dar un paseo?
-No puedo, tengo que estudiar. Pero por la tarde los chicos de la Banda van a ir a la biblioteca y me han invitado, me han dicho que era para buscar algo de una clave secreta...
-Ah, bueno, pues nos vemos por la tarde -se despidio Sam, y entro en la tienda de sus padres.
Keily tambien se despidio y, caminando hacia su casa, se tropezo, miro atrás, había un libro viejo. Era gordo y pesado, Keily lo cogio.


















domingo, 2 de mayo de 2010

¡DESPIERTA!-Capitulo 22

Siguieron a Sam hasta llegar al pueblo, Sam, muy natural, se sentó en la plaza principal, y Keily junto a el, intento despertarlo. Parecia imposible, estaba ipnotizado, Keily decidio esperar, ¿Cuanto estaria, una hora, dos? El pobre parecia completamente ciego y sordo. Keily no aguantaba más, lo había intentado todo, incluso había bailado una danza ridicula delante de el para ver si así le prestaba un poco más de atencion. Pero ¡Que va! Estaba profundamente dormido, Keily se puso blanca, luego morada, luego verde y luego... Roja. Pero esta vez por la furia, exploto.
-¡DESPIERTA! -chilló.
Entonces, Sam, parpadeo un poco y, al verla tan enfurecida, pregunto:
-¿Que pasa?
-¿QUE? -gritó de nuevo-, ¿COMO QUE QUÉ PASA? ¿QUE TE PASA A TI? ¡INUTIL, ESTUPIDO! ¿ES QUE NO ME VES? -entonces se dió cuenta, estaba hipnotizado, no la estaba ignorando a proposito-, Oh, oh, perdon, ¡Urghh! ¡Soy tonta! Mil perdones, es que... Bueno, es una larga historia.
Y le conto lo que habia pasado en el bosque.
-¡Vaya! -exclamo enfurecido-, ¡Asi que ese Enemigo quiere quitarte los poderes! ¡¡Se las vera conmigo, eso seguro!!
-No, no, Sam. No lo entiendes, es un antiguo enemigo, busca mis poderes desde hace siglos, no tiene rostro, es el mal, sin más. Y dice que con mis poderes podra dominar el mundo.
-Tu haces cosas maravillosas con tus poderes Keily, curaste a mi madre, hiciste esa fiesta de los hechizos tan divertidos y bonitos, sabes volar mejor que nadie, los animales te quieren y... ¡Hablando de eso! Vamos a ver a Christopher.
-¿A quien?
-A Christopher, así he llamado al gatito que encontre el otro día, mi madre dejo que viviera en el jardín y luego, para resguardarse del frio de la noche, duerme en mi cama y me da calor a mi también.
-Oh, como te envidio...
-¡Tranquila, hay toda una camada! E descubierto que una mamá gata tuvo a sus hijitos en mi jardín y, ahora, de vez en cuando, la casa se llena de pequeños gatos. Te puedo regalar uno pequeñito, si quieres.
-Oh, me encantaria...
-¡Pues vamos a mi casa y te lo doy ahora mismo!
Se encaminaron y llegaron, en jardin estaba vacio...
-Pero si no hay ninguno -dijo Keily decepcionada.
-Si, si, sigueme.
Se fueron a la parte trasera del jardin y allí, habia un monton de gatitos y su mamá.
-¡Que bonitos! ¿Puedo elegir?
-¡Claro!
Había uno atigrado, muy pequeño, que no paraba de maullar.

lo cogio entre sus manitas.
-Que mono... -dijo contenta-, ¡Me quedo con este, y lo llamare Tigre!
-Encantado de conocerte, Tigre, tienes una dueña muy especial -dijo Sam acariciando al pequeño gato.

Primer día de colegio-Capitulo 21

Era lunes, Keily por fin iria al colegio. Se levanto a las seis de la mañana, (dos horas antes) y se vistio, se preparo, todavia tenia una hora para dormir, pero en vez de eso, dibujo. Dibujo a Sam.














Con esos ojos azules que solo tenia el. Ya eran las siete y media, Sam tiro una piedrecita a la ventana de Keily y, antes de que el pudiera llamar a la puerta, ella ya estaba abajo. Le abrio la puerta y, el, con una inclinacion, le entrego una rosa y le dijo:
-Para mi princesa.
Keily sonrio y, juntos, de la mano, caminaron hasta el colegio, Lumina los seguia por detrás, privilegiada por poder escuchar esas conversaciones secretas que compartian Sam y Keily. Hablaban de la magia, de hechizos olvidados y del futuro. De ese futuro que estaba por llegar. También hablaron de Los Bosques Altos, por la tarde, irian allí. Las clases fueron normales, aburridas, luego el recreo, otra dosis de clases aburridas y, después de comer, todos salieron. Sam llamo a Keily entre la multitud, entonces miro al cielo, estaba volando. Aterrizo junto a el.
-¿Vamos?
-Si, vamos.
Se encaminaron hacia los bosques altos, Sam llevaba una cesta con la merienda. Encontraron un claro precioso, con una charca al lado y muchos arbustos llenos de deliciosas bayas. Entre los dos, plegaron el mantel en la hierba. Dejaron todo muy bien ordenado, un platito con queso, otro con manzanas, otro con sandwiches de mermelada... El sol resplandecia, todo era perfecto hasta que... Una nube tapo el sol, y, de repente, lo que antes era un claro, se convirtio en un prado frio y sombrio.
-Uh, que cambio... -dijo Keily frotandose los brazos para calentarse.
-Toma -dijo Sam, todo un caballero, dandole su chaqueta a Keily.
-Gracias, voy a buscar otro claro, tu quedate aqui, en seguida vuelvo. Lumina vendra conmigo, asi no me perdere.
-Esta bien, voy a recoger la comida.
Keily se encamino por el bosque, cruzo torrentes, salto piedras esparcidas por el agua, camino entre arboles y llego a un camino muy siniestro, que se adentraba en la oscuridad. Se iba a dar la vuelta para cambiar de direccion cuando sintio un escalofrio, se sentia paralizada, no podia mover los musculos.
-Lu... Lumina -tartamudeo.
-¿Que pasa, cariño? Vamos, muevete, nos tenemos que ir...
-Lumina... No... No puedo moverme.
Una risa malvada retumbo desde el cielo.
-Oh, pobre niña, sola en el bosque, con una minuscula hada, lejos de su novio que la protege... -era una voz de un hombre, una voz bondadosa, pero a la vez siniestra y maliciosa.
-¿Qui... Quien eres? -pregunto Keily asustada-, ¿Es una broma?
La voz rio de nuevo.
-¡ME HARE CON TUS PODERES UN DIA DE ESTOS! ¡NO TE HAGAS LA TONTA, SABES QUE BUSCO TUS PODERES DESDE HACE MUCHO TIEMPO, CON ELLOS PODRIA DOMINAR EL MUNDO!
-N-no entiendo, ¿Se refiero al Poder del Equilibrio? No se exactamente lo que es y, tampoco es que me importe mucho poseerlo, se lo podria entregar si usted...
Y volvio a reir, pero esta vez con mas fuerza.
-Increible... Además de indefensa no sabe de que hablo, así será más facil raptarla...
Keily estaba cada vez más asustada, y, Lumina, que estaba escondida tras un arbusto, con un hechizo, la libero y por fin pudo moverse, salio corriendo, y despues, volando. Lumina la seguia. Por fin, vieron a Sam, caminando hacia el pueblo.
-¿Porque se habra ido, porque no me ha esperado? -pregunto Keily triste.
Al final, le alcalzaron. Keily estaba confusa.
-¿Sam?
Parecia que no la escuchaba, caminaba tranquilo hacia el pueblo, no tenia expresion en la cara.
-Vamos a dejarlo ir -le dijo Lumina-, creo que... Esa voz que venia del cielo... Era el antiguo Enemigo. Busca desde hace muchos siglos El Poder del Equilibrio. No parara hasta quitartelo, pero debes luchar, Keily. Ha hechizado a Sam para que no pueda oirte ni verte, el hechizo se pasara en unos minutos, tu tranquila...
-¿Como puedo estar tranquila sabiendo que ese Enemigo me persigue para raptarme y quitarme mis poderes?
-Te protegere, las hadas somos pequeñas, pero muy poderosas. Además, sé que Sam tambien te protegera, has elegido a un buen chico como novio, el te quiere tanto como a su vida. Lo sé. Lo percibo. Protegelo tu también a el.
-Si... -suspiro Keily viendo como su novio se alejaba ignorandola.

Cliff revela algo-Capitulo 20

Ese día, Keily se reunió con sus amigos otra vez, por la tarde, en la playa más cercana al pueblo. El primero en llegar fue Cliff, ese gracioso chico pelirrojo que tenia tendencia a pronunciar la g en vez de la r.
-Hola -le dijo a Keily.
-¡Hola, Cliff! Que puntual...
-Si, es que... he venido pog una cosa, y no queguia que los demás lo escuhagan.
-Di me.
-Pues... Es sobge Sam.
-¿Sobre Sam, que pasa? -le pregunto Keily preocupada.
-Me ha contado que cugaste a su madge y que esta muy aggadecido y todo eso...
-¿Y?
-Keily, cgeo que debes sabeglo...
-¿Que?
-Sam... No se como decigtelo, pero... Sam te quiegue mucho, y te quiegue como algo más que amiga...
-No lo entiendo... Espera... ¿Vas enserio, no es una broma? Es imposible que yo le guste, el se merece más que yo.
-No, yo solo te lo decía pogque el me lo contó y me dijo que estaba desesperado. Así que aunque me advigtio que no te dijera nada sobge eso, yo cgeo que es mejog que lo sepas.
-¡Oh, Cliff, Muchas gracias por contármelo! ¡En seguida vuelvo! ¡Espera me aquí!
Keily se elevo en el aire y voló hasta la casa de Sam, Sam estaba en el jardín, jugando con un gatito que se había colado en el.
-Hola, Sam -le dijo Keily.
-¡Keily! -se sobresalto-, hola, estaba... Bueno, estaba jugando con este gatito, parece un poco perdido. Creo que lo he adoptado, o el me a adoptado a mi.
-Que bonito es... -dijo Keily sonriendo, y se agacho para mirarlo de cerca, era un gatito muy pequeño, tendría meses-, oye, Sam, ¿Porque no me lo dijiste antes?
-¿Decirte el que? -dijo el joven mago, confuso.
-Decirme que yo te gustaba.
El pobre chico empalideció de repente, después se puso morado y al fin, recupero su color.
-Yo... Yo... ¿Como te has enterado?
-Eso ya te lo contare, pero... A decir verdad, nunca imagine que tu podrías... En fin, tu...
-Nunca imaginaste que yo pudiera estar enamorado de ti.
Entonces la que empalideció fue Keily, y después, se puso roja como un tomate, y después, por fin, recupero su color. Nunca había sentido ese tipo de emociones, pronto cumpliría 13 años, era normal que su primer amor le resultara, como poco... raro. Pero además, sus amigos habian estado espiando esa tierna escena, y ya era oficial en La Banda que Sam y Keily eran novios. Así que todo fue normal para Keily desde ese día, le resulto normal abrazar a Sam, o darle un beso en la mejilla cuando se despedian. Eran novios. Y ya nada podria separarlos.

Hechizos Curativos-Capitulo 19

Esa mañana, Sam toco la puerta a las diez, Keily ya había desayunado y ahora se dedicaba a estudiar, Lumina le había dado un libro muy gordote y antiguo sobre El Poder del Equilibrio, y Keily lo leía con gran interes. Cuando oyo la puerta, supo exactamente quien era, porque había hecho su señal, había tirado una piedrecita a la ventana del cuarto de Keily para que ella supiera que era el. Así que se hizo ese peinado que pensaba que le quedaba tan bien y bajo. Abrio la puerta y lo saludo.
-Hola, Keily, venia para decirte que si Lumina te deja podrias venir a mi casa para curar a mi madre, si puedes...
-¡Oh, claro! ¡Lo había olvidado! ¡Vamos!
Salieron, después Lumina, al verlos desde la ventana del cuarto de Keily, bajo volando también.
-¿Que vais ha hacer? -les pregunto.
-Oh, Lumian -dijo Keily-, menos mal que has venido. Voy a intentar curar a la madre de Sam, tu me ayudaras un poco ¿Verdad?
-Si, claro.
-Perdón, Keily, pero... -le dijo Sam-, estas descalza.
-¿Que? -dijo Keily mirandose los pies-, ¡Oh, que cabeza! ¡Se me ha olvidado calzarme, estaba tan nerviosa por...!
Pero se callo antes de terminar. Sam sonrio y la miro de arriba a abajo.
-Estas guapa de todas formas.
Keily enrojecio, ningun chico le había dicho eso nunca. Aparte de eso, hizo aparecer sus zapatillas con un hechizo, y, después de calzarse, empezaron a andar hacia la casa de Sam. Keily no hablo ¿Como podia hablar despues de lo que le habia dicho Sam? Se habia quedado petrificada. Llegaron a la casa, el padre de Sam les abrio y saludo a Keily.
-¡Hola, Keily! ¡Que bien que estes aqui! Sam me ha contado que vas a intentar curar a mi mujer con magia, me parece estupendo, espero que funcione.
-Yo tambien lo espero, señor, hare lo que pueda.
-Pasa, pasa, ven, te llevo a la habitacion de Marta, así se llama mi mujer y... La madre de Sam, claro, tu ya lo sabes, ven, vamos... -estaba muy nervioso, estaba en manos de aquella niña y de los medicos la vida de la señora Marta.
Entraron en la habitación, la señora Marta era muy guapa, igual de guapa que su hijo, con ese pelo rubio revuelto y los ojos azules verdosos... "Si esta así de hermosa cuando esta enferma, no se como estara cuando se encuentre bien" se dijo Keily en sus pensamientos.
-Buenos días, señora Marta -le dijo Keily-, ¿Esta bien?
-Oh, tu eres Keily, si, si, creo que estoy mejorando pero... Nos vas a ser de gran ayuda.
-Me alegro. Tengo que intentar un par de hechizos, espero que no le moleste...
-No, no, haz lo que quieras, con tal de curarme... -y empezó a toser, y paso cinco minutos así, la pobre tosiendo.
-Cariño -le dijo su marido-, mejor no hables, ya te ha dicho el medico que debes descansar la vista y la voz...
-Oh, Jack -le dijo ella a su vez-, me aburro mucho aqui... Sin poder hablar ni levantarme, no puedo ni leer...
Mientras la familia charlaba, Lumina le explicaba un par de cosas a Keily, le decia como tenia que hacer el hechizo y que pasaria si lo hacia mal. Ya era la hora de "hechizar" a la señora Marta, todos estaban un poco nerviosos, en especial el señor Jack, padre de Sam.
-Bien -dijo Keily, y se aclaro la voz- Ejem... Alla voy... -y recito el hechizo-, Grande o pequeño sea el daño que que la enfermedad se cure en menos de un año.
Un resplandor ilumino a la señora Marta, que, en un momento, estaba hermosa, sonriente y mejor que nunca.
-¡Ha funcionado! -grito la señora, y abrazo a Keily-, ¡Oh, cariño! ¡Ha funcionado, muchas gracias! No se como puedo agradecertelo...
-De nada, señora -dijo Keily-, Yo solo...
Pero no le dio tiempo a terminar, porque el señor Flowerpot también la abrazo, pero Sam, no, a Sam le daba vergüenza abrazarla delante de sus padres, así que, salieron otra vez, y entonces, allí solos, en el jardin de la familia Flowerpot, se abrazaron, fue un abrazo calido, dulce, precioso... Sam estaba enamorado de Keily más que nunca. Pero Keily no lo podia ver, ella no imaginaba a Sam como algo más que su amigo, aunque le causaba muy buena impresion, le parecia un chico guapo, amable, interesante... Nunca hubiera sabido lo que Sam sentia por ella si alguien no se lo hubiera dicho al día siguiente.

Tarde hechicera-Capitulo 18

Después de comer, Keily se marcho com Sam.
-Olle, Keily -le dijo Sam-, siento mucho lo que ha pasado antes.
-¿Que?
-Lo de antes, cuando estabamos yendo a mi casa, me porte fatal, no es culpa tuya que mi madre este enferma, no la puedo pagar contigo.
-¿Y con quien la vas a pagar si no? -dijo Keily, contenta-, soy tu mejor amiga, o por lo menos así lo veo yo. ¡Y los amigos estan para eso! Para desahogarse cuando haga falta y para pedir perdon.
Sam sonrio por primera vez en todo el dia, y se dio cuenta de lo agraciada que era su amiga.
-Olle, Sam ¿Tu también posees poderes, no es así? ¿Cuales? Nunca te he visto hacer ningun hechizo, ni magia...
-Aun estoy aprendiendo, se hacer algunos hechizos, como cerrar puertas, hacerme invisible...
-¡Aja! -exclamo Keily- tienes el poder de la Destruccion...
-Si, existen dos poderes, segun me han explicado, Creacion y Destruccion. ¿Tu tienes los dos, verdad?
-Si, creo que si, pero aun no he...
-¡¿Aun no has hecho ningun hechizo?! -exclamo Sam, antes de que su amiga pudiera terminar la frase.
-No, Lumina no me deja, menos mal que no está aquí por que si no... ¡Menudo castigo me cae, es como una madre!
-Ojala mi madre...
Keily le puso el dedo en los labios a su amigo.
-Intenta olvidarla... ¡OH, CLARO, SOY UN GENIO! -exclamo entonces-, he tenido una idea.
-Si, me e dado cuenta -dijo Sam.
-¡Vamos corriendo a mi casa! ¡Oh, espera! ¡¡NECESITO A LUMINA!!
-Aqui estoy -dijo Lumina apareciendo de repente delante de Keily.
-¡LUMINA, CORRE LA VOZ, DILE A TODOS MIS AMIGOS QUE SE REUNAN EN LA PUERTA DE MI CASA!
Sam estaba confuso ¿Que queria su amiga? Corrieron a casa mientras Lumina invitaba a todos los amigos de Keily y Sam.
-Bien, Sam, este es el plan, una obra de teatro, yo sere la estrella, por así decirlo, prepararemos el salon como un teatro, reune todas las sillas que puedas.
Sam se puso a trabajar, mientras Keily preparo un pequeño escenario, con una mesita y algunas cortinas, el escenario ya estaba listo, y las sillas también. Los amigos estaban a punto de llegar.
Tocaron a la puerta, Sam corrió a abrir mientras Keily, detrás de las cortinas, se vestia con las ropas más extravagantes que había visto nunca, chalecos dorados, faldas escocesas con los colores del arcoiris... Se vistio de mil maneras, he hizo esperar mucho a sus amigos, pero por fin, el telon (las cortinas) se abrieron. Sam estaba sentado en la silla más comoda, Keily le dijo que se sentara allí, porque en una pequeña parte, el también era el protagonista, la idea era hacerle olvidar por una tarde la enfermedad de su madre, porque Keily y Lumina harian los hechizos más bonitos e increibles que se pudieran imaginar.
-Bienvenidos al circo de la magia -dijo Keily, haciendo una reverencia- soy la bruja Keily, y con ayuda de mi compañera, Lumina, hare un numero de hechizos espectaculares.
Todos aplaudieron.
-Empezemos -dijo Keily- bien, necesito voluntarios.
Algunos levantaron la mano, Ice, Vainilla, Alhelí...
Subieron al escenario.
-Muy bien chicas -prosiguio Keily- ¡Os cambiare el color de los ojos!
"Oooh" se oyo en toda la sala.
-¡Oh, que bien! -exclamo Ice emocionada-, ¡Ya estoy harta del color de mis ojos!
-Perfecto, haced una cola.
Primero Vainilla, luego Ice y luego Alhelí.
-¿De que color quereis los ojos?
-¡Yo verdes esmeralda!
-¡Yo azules cielo!
-¡Yo malva!
Una salio con los ojos verdes, otra con los ojos azules y otra con los ojos morados fosforescentes (nada que ver con el color malva, pero Keily lo había intentado)
-¿Cuanto durara el hechizo? -pregunto Alhelí.
-No se... Quizá hasta mañana.
Sam estaba maravillado, pero los hechizos solo acababan de empezar, Keily hizo muchos más, convirtio las lamparas en ranas, hizo peinados a las chicas con mover un solo dedo, volo por los aires haciendo piruetas, y convirtio la habitación en una pista de hielo donde todos patinaron, luego hizo fresas tan grandes como manzanas y platanos tan pequeños como fresas. Todos se divirtieron mucho, y no veian la hora de irse, pero ya era tarde, y las madres les estarian esperando, cuando todos se fueron, entre Sam y Keily, recogieron todo y lo dejaron como antes.
-Gracias, Keily -le dijo Sam.
Se despidieron, y así concluyo el día, un día... casi normal.

Un dia normal... casi-Capitulo 17

Como cualquier domingo, los niños salieron a la calle, todos, los amigos de Keily también. Se reunieron en la plaza principal. Sam llego un poco más tarde, con la misma cara que al día anterior, triste, preocupado. Keily le guiño un ojo y le sonrió, aun así, no había manera de levantarle la moral al pobre chico. Se sentaron todos alrededor de Keily, que desde hacia unos días era el centro de atención. La miraban impacientes, todos menos Sam, que se había sentado aparte, y miraba las piedras del suelo.
-¿Que? -dijo Ice-, ¿No tienes nada que contarnos?
-¿Yo? -contesto confusa Keily-, no, creo que no.
-¡Sabemos que saliste del pueblo, tonta! -exclamo Cliff.
-¡Ah! ¡Vale! -dijo entonces-, bueno, solo di un paseo por...
-¡Para! -exclamo Vainilla-, sabemos que fuiste a descubrir algo, cuenta nos lo todo...
Y Keily empezó a contar todo lo que le había pasado aquel día, suceso a suceso, minuto a minuto. Incluso contó de que manera se había peinado y lo bien que le había quedado. Lo que no resulto tan interesante, pero algo es algo. Después de estar charlando y jugando un rato, empezaron a sonar las voces de las madres por el pueblo "¡A comer, Vainilla y Alhelí!" "¡Vamos, Cliff, date prisa! La comida ya esta" "¡Sam Flowerpot como no vengas ahora mismo te castigo un mes!"
-¿Puedo ir contigo? -le pregunto Keily a Sam.
-Si... Supongo... -suspiro el.
Caminaron juntos y, de vez en cuando, Keily hacia comentarios como "¿Crees que me dejaran comer contigo?" y Sam contestaba, seco "No, no creo" y heria en el corazón a Keily, que le entendia perfectamente. Así estuvieron hasta que llegaron a casa de Sam, una casa igual o más grande que la de Keily, con muchas ventanas muy grandes, y una puerta parecida a la de un palacio.
-Es la casa más antigua del pueblo -le explico Sam.
-Que bonita es... -decia Keily.
Entraron, por dentro era más bonita. Con techos altos y puertas gigantes, parecia una mansion, parecia que el pasillo fuera infinito, y estaba muy iluminado, con grandes ventanales que dejaban entrar al sol. Entraron en la cocina, esta vez, no estaba la señora Flowerpot cocinando, como de costumbre, pues estaba reposando en la cama. El padre de Sam había preparado la comida, y cuando vio a Keily, se sobresalto, quizá por la ropa que llevaba ese día, los señores Flowerpot eran muy elegantes, dueños de la pasteleria del pueblo, la pasteleria con las delicias más exquisitas que se pudieran probar. Keily hizo una pequeña inclinacion y saludo cortesmente.
-Buenos días, señor Flowerpot, ese traje le queda estupendamente.
Llevaba un traje de etiqueta de terciopelo verde oscuro, no muy apropiado para cocinar. El pobre señor se tranquilizo un poco más al ver que era una chica educada, y no una desgarbada.
-Os deseo una feliz comida -siguio diciendo Keily- yo me marcho ¡Hasta pronto!
-¡Espera! -la detuvo el padre de Sam-, puedes quedarte a comer si quieres.
-Oh, no se moleste, señor...
-Tranquila, he hecho guisado de sobra.
Y así, se sentaron los tres, y degustaron el guiso que el señor, con mucha delicadeza, había preparado. De vez en cuando, Keily miraba a Sam con ojos tiernos, lo que a Sam le hacia muy feliz. Por que en esos momentos necesitaba a Keily mas que a nada en el mundo. Ella era su farol, le hacia feliz y con ella todo era perfecto, eran tal para cual.