domingo, 2 de mayo de 2010

Hechizos Curativos-Capitulo 19

Esa mañana, Sam toco la puerta a las diez, Keily ya había desayunado y ahora se dedicaba a estudiar, Lumina le había dado un libro muy gordote y antiguo sobre El Poder del Equilibrio, y Keily lo leía con gran interes. Cuando oyo la puerta, supo exactamente quien era, porque había hecho su señal, había tirado una piedrecita a la ventana del cuarto de Keily para que ella supiera que era el. Así que se hizo ese peinado que pensaba que le quedaba tan bien y bajo. Abrio la puerta y lo saludo.
-Hola, Keily, venia para decirte que si Lumina te deja podrias venir a mi casa para curar a mi madre, si puedes...
-¡Oh, claro! ¡Lo había olvidado! ¡Vamos!
Salieron, después Lumina, al verlos desde la ventana del cuarto de Keily, bajo volando también.
-¿Que vais ha hacer? -les pregunto.
-Oh, Lumian -dijo Keily-, menos mal que has venido. Voy a intentar curar a la madre de Sam, tu me ayudaras un poco ¿Verdad?
-Si, claro.
-Perdón, Keily, pero... -le dijo Sam-, estas descalza.
-¿Que? -dijo Keily mirandose los pies-, ¡Oh, que cabeza! ¡Se me ha olvidado calzarme, estaba tan nerviosa por...!
Pero se callo antes de terminar. Sam sonrio y la miro de arriba a abajo.
-Estas guapa de todas formas.
Keily enrojecio, ningun chico le había dicho eso nunca. Aparte de eso, hizo aparecer sus zapatillas con un hechizo, y, después de calzarse, empezaron a andar hacia la casa de Sam. Keily no hablo ¿Como podia hablar despues de lo que le habia dicho Sam? Se habia quedado petrificada. Llegaron a la casa, el padre de Sam les abrio y saludo a Keily.
-¡Hola, Keily! ¡Que bien que estes aqui! Sam me ha contado que vas a intentar curar a mi mujer con magia, me parece estupendo, espero que funcione.
-Yo tambien lo espero, señor, hare lo que pueda.
-Pasa, pasa, ven, te llevo a la habitacion de Marta, así se llama mi mujer y... La madre de Sam, claro, tu ya lo sabes, ven, vamos... -estaba muy nervioso, estaba en manos de aquella niña y de los medicos la vida de la señora Marta.
Entraron en la habitación, la señora Marta era muy guapa, igual de guapa que su hijo, con ese pelo rubio revuelto y los ojos azules verdosos... "Si esta así de hermosa cuando esta enferma, no se como estara cuando se encuentre bien" se dijo Keily en sus pensamientos.
-Buenos días, señora Marta -le dijo Keily-, ¿Esta bien?
-Oh, tu eres Keily, si, si, creo que estoy mejorando pero... Nos vas a ser de gran ayuda.
-Me alegro. Tengo que intentar un par de hechizos, espero que no le moleste...
-No, no, haz lo que quieras, con tal de curarme... -y empezó a toser, y paso cinco minutos así, la pobre tosiendo.
-Cariño -le dijo su marido-, mejor no hables, ya te ha dicho el medico que debes descansar la vista y la voz...
-Oh, Jack -le dijo ella a su vez-, me aburro mucho aqui... Sin poder hablar ni levantarme, no puedo ni leer...
Mientras la familia charlaba, Lumina le explicaba un par de cosas a Keily, le decia como tenia que hacer el hechizo y que pasaria si lo hacia mal. Ya era la hora de "hechizar" a la señora Marta, todos estaban un poco nerviosos, en especial el señor Jack, padre de Sam.
-Bien -dijo Keily, y se aclaro la voz- Ejem... Alla voy... -y recito el hechizo-, Grande o pequeño sea el daño que que la enfermedad se cure en menos de un año.
Un resplandor ilumino a la señora Marta, que, en un momento, estaba hermosa, sonriente y mejor que nunca.
-¡Ha funcionado! -grito la señora, y abrazo a Keily-, ¡Oh, cariño! ¡Ha funcionado, muchas gracias! No se como puedo agradecertelo...
-De nada, señora -dijo Keily-, Yo solo...
Pero no le dio tiempo a terminar, porque el señor Flowerpot también la abrazo, pero Sam, no, a Sam le daba vergüenza abrazarla delante de sus padres, así que, salieron otra vez, y entonces, allí solos, en el jardin de la familia Flowerpot, se abrazaron, fue un abrazo calido, dulce, precioso... Sam estaba enamorado de Keily más que nunca. Pero Keily no lo podia ver, ella no imaginaba a Sam como algo más que su amigo, aunque le causaba muy buena impresion, le parecia un chico guapo, amable, interesante... Nunca hubiera sabido lo que Sam sentia por ella si alguien no se lo hubiera dicho al día siguiente.

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