-¡DESPIERTA! -chilló.
Entonces, Sam, parpadeo un poco y, al verla tan enfurecida, pregunto:
-¿Que pasa?
-¿QUE? -gritó de nuevo-, ¿COMO QUE QUÉ PASA? ¿QUE TE PASA A TI? ¡INUTIL, ESTUPIDO! ¿ES QUE NO ME VES? -entonces se dió cuenta, estaba hipnotizado, no la estaba ignorando a proposito-, Oh, oh, perdon, ¡Urghh! ¡Soy tonta! Mil perdones, es que... Bueno, es una larga historia.
Y le conto lo que habia pasado en el bosque.
-¡Vaya! -exclamo enfurecido-, ¡Asi que ese Enemigo quiere quitarte los poderes! ¡¡Se las vera conmigo, eso seguro!!
-No, no, Sam. No lo entiendes, es un antiguo enemigo, busca mis poderes desde hace siglos, no tiene rostro, es el mal, sin más. Y dice que con mis poderes podra dominar el mundo.
-Tu haces cosas maravillosas con tus poderes Keily, curaste a mi madre, hiciste esa fiesta de los hechizos tan divertidos y bonitos, sabes volar mejor que nadie, los animales te quieren y... ¡Hablando de eso! Vamos a ver a Christopher.
-¿A quien?
-A Christopher, así he llamado al gatito que encontre el otro día, mi madre dejo que viviera en el jardín y luego, para resguardarse del frio de la noche, duerme en mi cama y me da calor a mi también.
-Oh, como te envidio...
-¡Tranquila, hay toda una camada! E descubierto que una mamá gata tuvo a sus hijitos en mi jardín y, ahora, de vez en cuando, la casa se llena de pequeños gatos. Te puedo regalar uno pequeñito, si quieres.
-Oh, me encantaria...
-¡Pues vamos a mi casa y te lo doy ahora mismo!
Se encaminaron y llegaron, en jardin estaba vacio...
Se encaminaron y llegaron, en jardin estaba vacio...
-Pero si no hay ninguno -dijo Keily decepcionada.
-Si, si, sigueme.
Se fueron a la parte trasera del jardin y allí, habia un monton de gatitos y su mamá.
-¡Que bonitos! ¿Puedo elegir?
-¡Claro!
Había uno atigrado, muy pequeño, que no paraba de maullar.
Había uno atigrado, muy pequeño, que no paraba de maullar.
lo cogio entre sus manitas.
-Que mono... -dijo contenta-, ¡Me quedo con este, y lo llamare Tigre!
-Encantado de conocerte, Tigre, tienes una dueña muy especial -dijo Sam acariciando al pequeño gato.
-Encantado de conocerte, Tigre, tienes una dueña muy especial -dijo Sam acariciando al pequeño gato.
Guau mola
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