Por fin, Keily llego a clase, se sentó en su pupitre y, canturreando, espero a que llegara la profesora. Algunos chicos hablaban entre ellos de fútbol, quien había ganado el partido, quien hizo una falta, etc. Un grupo de chicas se decían cosas al oído y luego reían a carcajadas, para Keily todo era normal, pero para Lumina... Era totalmente nuevo y diferente. Lumina salio un momento de la mochila y se poso en la mano de Keily, toda triste y apagada. Keily cogió el móvil y hizo como que estaba hablando con alguien, Lumina sabia bien que era un truco para que no la descubrieran.
-¿Que te pasa? -pregunto Keily.
-Pues... Cuando un hada pierde su luz pierde su humor.
-Oh, vamos -intento convencerla-, solo serán un par de horas en seguida nos marcharemos y podrás volver a recuperar tu luz.
Todos los alumnos que estaban en la clase se volvieron para mirar a Keily, esa no es la típica frase que se dice por teléfono.
-En fin... -suspiro Lumina-, supongo que será así todos los días... Por lo menos si me quedo contigo.
-¡Eh! ¡No querrás marcharte ahora! -grito Keily llamando la atención de todos-, ¡Ya eres mi amiga ahora no puedes abandonar! Pero... No tenias porque haber venido, podías haberte quedado en mi habitación, allí nadie te hubiera visto.
-Me hubieran descubierto, mi luz es muy potente.
-Bueno, tranquila, te he traído la merienda -dijo Keily sacando de la mochila unos pétalos de rosa arrugados-, no se si querrás comértelos en el estado que están, pero te prometo que están buenos.
Lumina cogió los pétalos y se metió de nuevo en la mochila, ¡Había llegado la profesora!
-Buenos días niños -dijo.
-Buenos días señorita.
La profesora dejo algunos libros sobre su mesa y con aire solemne, anuncio:
-Hoy llega un nuevo profesor a nuestro colegio, se llama Tim, espero que le deis una buena bienvenida.
Dicho esto, la clase empezó, la profesora escribió difíciles ecuaciones que a Keily le resultaban simplemente fáciles, pues era muy aplicada. Las clases transcurrieron con total normalidad, hasta que llego la hora del recreo, todos salieron al patio. Keily saco a Lumina.
-Ya puedes recuperar tu luz -le dijo.
-Fiuu -suspiro Lumina aliviada-, estaba empezando a cansarme.
Como había hecho para apagarse, hizo un esfuerzo para encenderse. Volvió a brillar guapa y alegre.
-Bueno... ¿Que piensas hacer? -pregunto Lumina.
-Yo... Pues... Había pensado...
-No quiero estar una hora mas en esta cárcel ¿Nos podemos ir ya?
-Tu no lo entiendes, Lumina. El colegio es obligatorio para los menores, tengo que estar hasta las cinco de la tarde en el, si no podrían expulsarme o algo peor.
-En ese caso, quedaremos en la puerta de tu casa a las cinco y media, ¿Te parece bien?
-Si, claro, es buena idea. Ahora eres libre.
-Si, claro, es buena idea. Ahora eres libre.
Lumina se despidió con la mano y sobrevolo la ciudad. Se paro en un punto exacto, bajo ella había una floristeria con las flores mas exquisitas que había visto nunca. Se acerco sigilosamente y arranco el pétalo de una flor, fue arrancando poco a poco todos los pétalos posibles, y se los guardo en su pequeño bolsillo, una señora mayor salio de la tienda, era la propietaria, Lumina se oculto detrás de una maceta, y oyó como la señora se lamentaba "¿Donde están los pétalos de mis preciosas flores? ¡Oh, pobre de mi! ¿Que haré ahora?" A Lumina le dolieron en el corazón los lamentos de la pobre señora, y hizo un hechizo "Las flores son flores y lo demás tonterías que todos los pétalos de estas revivan" Los pétalos crecieron en las flores de nuevo, Lumina salio volando satisfecha. La ciudad le parecia impresionante: Los coches, las tiendas, la gente yendo y viniendo de aquí para allá. Paso mucho tiempo volando cuando se canso y se sentó en la copa de un arbol, miro su pequeño reloj, ya eran las cinco "Debo ir a casa de Keily" se dijo. Pero despues se dio cuenta de una cosa... "¡Hadatonta, hadatonta, hadatonta!" grito furiosa "¿Como no puedo saber donde estoy? Crei que la casa de Keily se encontraba por aqui... La se reconocer, es de color... ¡Un momento! ¿Ese no es el colegio de Keily? No, debo de haberme equivocado..." Y así paso toda la tarde, hasta que dieron las seis, y ella seguia volando sin saber donde estaba. Cada vez estaba mas preocupada, cada vez la ciudad le parecia mas desconocida, cada vez estaba mas cansada... Solo le quedaba una escapatoria, penso y penso... "Tendria que ponerme en contacto con Keily ¿Pero como? Esos hechizos son muy díficiles para mi, y ella no percibiria mis señales, estara esperandome, pobre criaturita... Pero tengo que intentarlo." Y asi lo hizo, debia ponerse en contacto con Keily a traves de unas vibraciones que solo podian reproducir sus antenitas, lo intento una y otra vez, solo debia pronunciar el nombre de la persona con la que queria ponerse en contacto y hacer que sus antenas recibieran señales de llegada. Es decir: Recibir unas señales que la conducerian a una respuesta. Pero era díficil para ella, aunque Lumina era sabia y tenia experiencia, era un hada muy joven. Demasiado para visitar las grandes ciudades construidas por el hombre.
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