lunes, 26 de abril de 2010

Los amigos de Keily-Capitulo 10

Keily había hecho muchos amigos, los que mejor conocía, eran Sam y Vainilla. Sam era un chico guapo, alto, rubio, era fuerte y valiente y también amable, tenia 12 años, Vainilla era muy dulce, le encantaba pintar, hacia los mejores retratos que se pudieran imaginar y también tenia doce años. Además era muy amable, era buena y sonreía siempre. Gardenia Fhres, era una niña de diez años muy simpática y despistada, le encantaba leer y encontraba cualquier escusa para llevar a sus amigos a la biblioteca. Lea Petal, era la mas pequeña del grupo, tenia la traviesa edad de 5 años, siempre andaba cantando y era muy educada. Alhelí Sunflower, era la hermana de Vainilla, se llevaban un poco mal, pero aun así se querían mucho. Orchid Mick, un niño de 8 años que nunca estaba quieto, era amable y muy jugueton. Cliff Michael tenia doce años y era muy buen amigo de Sam, hacia unos buenos retratos gracias a las clases de dibujo que le había dado Vainilla, y por ultimo, pero no menos importante, Ice Floe, una niña de doce años, alegre, amable, dulce, buena, cariñosa, simpática, guapa... Tenia todas las cualidades, y sin embargo, tenia el poder de destruir. Keily en seguida se hizo amiga de todos ellos, además, a los niños les encantaba la casa de Keily, pues era muy grande y perfecta para jugar al escondite. Ese día, Keily invito a todos sus amigos a casa, el primero en presentarse fue Sam, estaba muy elegante, con un jersey limpio y unos zapatos negros y brillantes, Keily se había quedado mirándole de arriba a abajo.
-Que, - le dijo Sam-, ¿Puedo entrar ya?
-¡Oh, si claro! -se sobresalto Keily- pasa, pasa...
Subieron al piso de arriba, donde estaba la habitación de Keily, era una habitación muy bonita, con dos camas una a un lado de la pared y otra al otro lado, tenia una ventana enorme y un escritorio muy bonito, la habitación era ordenada y limpia, y desprendía un olor a fresas a fresas. Sam se sentó en el borde de una cama.
-Los demás llegaran dentro de un rato -dijo.
-Me alegro, ¿Y vendrán todos? ¡Tengo tantas ganas de verlos!
-Si, pero algunos se han tenido que escapar de sus casas porque sus padres no les dejaban salir.
-¿Están corriendo riesgos por mi? ¡Vaya! -suspiro.
-En mi opinión, les gusta escaparse, después de todo, es divertido... Así que les haces un favor.
-Ya, me imagino... ¿Quieres un te? -pregunto Keily levantando se.
-Bueno, no, no, gracias, no te molestes.
-Bien, voy al baño un momento.
Se metió en el baño con Lumina, se repeino y con un hechizo intento quitar una mancha que tenia en el vestido.
-Deja me a mi -le dijo Lumina, que con un hechizo hizo desaparecer la mancha.
Keily salio del baño muy bien peinada y con el vestido impecable.
Con mala suerte, tropezó, y callo a los pies de Sam.
-¿Has perdido algo? -le dijo el con tono burlón.
Keily se moría de la vergüenza, cuando, por arte de magia, sonó la puerta abajo, corrió a abrir.
Todos los chicos y chicas de la banda estaban allí. Entraron nerviosos y Keily les invito a subir a su habitación, se acomodaron como pudieron, eran tantos... Algunos se sentaron en el suelo, otros en la cama, otros en el alféizar... Y le hicieron mil preguntas a Keily.
-¿De donde vienes?
-¿Como se llama tu pueblo?
-¿Es bonito?
-¿Cuantos años tienes?
-¿Esos zapatos no te hacen daño en los pies?
Contesto las preguntas una a una.
-Vengo de Estados Unidos, mi pueblo se llama Nueva York, tengo doce años, y... Si, estos zapatos me hacen daño en los pies.
Estuvieron hablando durante horas, hasta que... Las madres empezaron a llamar a la puerta de Keily y todos los niños se tuvieron que ir, todos menos Sam. Que quería quedarse un rato mas con Keily.
-¿Y que poder posees? ¿Crear o destruir?
-Yo... Yo... Poseo los dos.
-¿Los dos? Creí... creí que era imposible.
-No, no lo es.
Lumina temía que Keily le contara a Sam todo sobre sus poderes, y así lo hizo.
-Así que... -dijo Sam-, ¿Posees El mítico poder del Equilibrio? Todos en el pueblo lo tomamos por una broma, pero... Eres el día y la noche, el sol y la luna, lo bueno y lo malo, la vida y la muerte... ¿Así es como te lo dijo Lumina, no?
-Si, así es como me lo dijo. Es interesante, nunca supe que tenia poderes. En mi país esos poderes se toman a broma, eso de hacer magia, esas cosas... No son comunes.

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