Después de charlar y descubrir nuevas cosas, ya era hora de volver, y estaban demasiado cansadas como para ir andando o volando. Así que Keily saco de su bolsillo el silbato para llamar a Nubecita, y en un minuto ya había llegado.
-¡Muy bien Nube! -exclamo Lumina.
-Si, buen caballo -dijo también Keily, se monto-, vamos al pueblo ¿Vale?
Nubecita parecia confuso.
-Perdon, Nube, a Roseville.
Entonces despego, y volando sobre el mar llegaron a una playa desconocida y aterrizaron.
-¿Porque has venido aquí, Nubecita? Te he dicho que vamos a Roseville -le dijo Keily.
-Yo creo que busca algo, lo noto en su mirada -dijo Lumina-, las hadas podemos hablar con los animales, quizá a mi me entienda mejor.
Lumina se poso en el hozico de Nube. No hablaban, se miraban con complicidad y a veces Nube relinchaba. Por fin Lumina termino de conversar con Nubecita.
-Dice que tiene hambre -dijo-, y que penso que en esta playa tan bonita podria encontrar comida.
-Pues si que le a costado decirte solo eso -le contesto Keily bromeando-, creo que tengo un trozo de pan duro en el bolsillo -dijo undiendo la mano en uno de sus bolsillos, saco un trozo de pan- ¿Crees que son eso valdra, Lumina?
-Yo creo que si, los Pegasos no necesitan mucho para sobrevivir.
Keily abrio la mano, como hay que hacer para darle de comer a un caballo, porque si no puede morderte. Y Nubecita se comio el pan tranquilo. Se montaron y despues de volar un buen rato, llegaron al pueblo. Keily desmonto a Nubecita y lo dejo ir por el cielo, sabia que si lo necesitaba estaria ahi para ella. Caminaron un rato y llegaron a casa, en las escaleras de la casa, estaba Sam, realmente guapo, con el cabello rubio quemado por el sol y los ojos color mar que hechizaban.
-Hola, Sam ¿Que haces aqui? -le pregunto Keily.
-Oh, nada, te esperaba... Me dijeron que te habian visto salir del pueblo.
-Si, hemos salido, pero... ¿Pasa algo? Te noto raro.
Sam no estaba bien, tenia una expresion más bien triste.
-No, nada, yo... Solo es...
-Vamos, cuentamelo -le dijo Keily sentandose junto a el-, soy tu amiga.
-Mi madre a caido gravemente enferma y estoy preocupado, el medico dice que podria morir si no le operan.
-¡Oh, Sam! ¡Cuanto lo siento!
-No importa...
-No importa...
-¡Si que importa! Quizás yo pueda hacer algo... No se, con esos poderes tan raros que tengo...
Lumina puso una expresion de desaprobacion, y dijo que no con el dedo.
-No, Keily, lo siento mucho, sé que quieres ayudar a tu amiga pero la magia no es la solucion a todo.
-¡Si que lo es! ¡Vamos, Lumina, admitelo, la magia es preciosa y usarla para el bien tambien lo es!
¡Podria curarla, seria genial, por favor, Lumina!
-Bueno, podrias... Pero, no... En fin, creo que... Probaras con un hechizo -dijo al fin Lumina.
-¡Bieeen! -exclamo Keily-, ¿No estas contento, Sam? ¡Vamos, entra, vamos a calentarnos, hace un frio que pela!